Los agentes fueron requeridos sobre las 11.15 horas de ayer por una mujer francesa, quien con movimientos exagerados y en estado de nerviosismo les indicó que le acompañaron hasta una vivienda.

Al entrar en la casa, hallaron a otra mujer con una niña en brazos en estado de inconsciencia. Así mismo, había otras seis personas que no hablaban en castellano, pero señalaban la garganta de la menor.

Mientras uno de los agentes llamó a los servicios de Emergencias, el otro tomó las constantes vitales y comprobó que había latido pero no respiración. En ese instante, comprobó visualmente si algún objeto ingerido interrumpía el paso de aire a los pulmones, aunque no encontró nada que le impidiera respirar.

Acto seguido, cogiendo a menor por la espalda y con los brazos entrelazados empezó las maniobras reanimatorias, oprimiendo sobre la boca del estómago. Luego tumbó a la niña en el suelo y comenzó la reanimación pulmonar, introduciendo aire directamente en los pulmones de la pequeña.

Tras varias insuflaciones la niña empezó a llorar, manteniéndola los agentes en posición de seguridad hasta la llegada de los servicios sanitarios, que se produjo a escasos 10 minutos de la solicitud de auxilio.

Personado el facultativo médico y tras la exploración de la menor, decidió su traslado al Hospital de Dènia, para un examen minucioso. Sobre la reanimación de la pequeña, el médico de los servicios de emergencia informó que los pasos seguidos habían sido correctos y efectuados en el orden establecido por los protocolos.

Afirmó que el agente había realizado las maniobras de forma inmejorable y profesional, y que su actuación, con toda seguridad, había salvado la vida de la menor, puesto que los espasmos respiratorios que por causa desconocida sufrió la pequeña, de no ser atendidos en los primeros minutos, hubieran impedido la reanimación a la llegada de los servicios de urgencia.