Los hechos sucedieron a finales de octubre del pasado año cuando, según el fiscal, los dos acusados se pusieron de acuerdo para atracar el banco. Se apunta que uno de los acusados "esperaba en la moto de su propiedad" a la que habían puesto en la matrícula una cinta aislante para hacer creer que era otro número.
Mientras, el otro acusado, relata la acusación en sus conclusiones iniciales, a las que tuvo acceso Europa Press, entró en la sucursal y mostró una pistola de fogueo, cuyo cañón se había manipulado para poder disparar balas con munición, diciendo que era un atraco. Según el ministerio público, entró en la caja y cogió 3.655 euros.
Además, también se apropió del dinero que llevaban dos clientes, en total 600 euros, "huyendo a continuación en la motocicleta que abandonaron" en una plaza cercana, "tras quitarles las cintas adhesivas a la matrícula para evitar su localización", señala el escrito provisional.
Para el fiscal, se trata de un delito con violencia e intimidación en las personas, otro de falsedad en documento oficial y un tercero de armas, solicitando para uno de los acusados ocho años y medio de cárcel, al concurrir la agravante de reincidencia; y para otro, siete años y seis meses de prisión .
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