Pacíficamente, los manifestantes se concentraron a mediodía, cerca del control de accesos al edificio donde se desarrolla la Conferencia, y vertieron una garrafa con pintura roja, en alusión a la "doble moral" que, a su juicio, lucen los ministros de los países de la Unión Europea con competencias en Interior.

El grupo fue rodeado por un cordón formado por 10 agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), apoyados por una patrulla de la Policía Local de Zaragoza. Los concentrados proclamaron a voz en grito que "ninguna persona es ilegal" y permanecieron sentados en el suelo a la espera de ser identificados por el CNP.

Los manifestantes dieron a conocer un panfleto en el que animaron a "desinfectar un espacio impregnado de racismo" y expresaron su apoyo a las personas que "sobreviven, malviven en condiciones infrahumanas o mueren a causa de unas políticas migratorias que les mantienen bajo control y con miedo constante".

Asimismo mostraron los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y las redadas policiales contra extranjeros sin la documentación en regla. También criticaron el control de fronteras en este ámbito y la perpetuación del actual "modelo de explotación laboral".