Del baby boom al baby crash. El aumento de la natalidad registrado en la región en los últimos años ya es historia. Madrid se encuentra en un punto de inflexión demográfico: a partir de ahora, cada año nacerán menos niños que el anterior. Durante la década pasada, la región asistió a un acusado aumento de la natalidad: en 2000 nacieron 56.623 niños y subió sin descanso hasta 2008 (78.665 nacidos).

A partir de ahí comenzó la decadencia: en 2009 hubo 77.071 nacimientos en la región, mientras que este año se prevé la llegada de 76.237 nuevas vidas (un 1,1% menos). Más adelante, en 2018, habrá 66.396 alumbramientos, es decir, un 13,8% menos que ahora, según la 'proyección de población a corto plazo' efectuada por el INE. Los demógrafos llegan a esta conclusión después de valorar el frenazo en la llegada de inmigrantes, la disminución de los hijos por pareja entre los madrileños y el retraso de la edad de maternidad.

A principios de este siglo, los hijos del baby boom de los sesenta y setenta llegaron a los 30 años, con lo que "había más parejas jóvenes que nunca", puntualiza el sociólogo Roberto Barbeito. Además, la entrada de inmigrantes fue fundamental: había más parejas fértiles y traían valores más familiares: "Los latinos, sobre todo, tienen una mentalidad más tradicional, su plan de vida se centra más en los hijos que en el consumo", explica la doctora Ángeles Rubio, de la Rey Juan Carlos.

"Los inmigrantes han sostenido en alto la población madrileña", añade Barbeito. Ahora la crisis ha dado al traste con esta fecundidad: venir a Madrid ya no es atractivo para ellos y los que vivían aquí se están marchando a sus países o a otras provincias.

Las parejas autóctonas también se han retraído. La recesión y, principalmente, el paro juvenil, ha obligado a los madrileños a dejar la paternidad para momentos más prósperos. "En un momento de crisis, con la población de 20 y 30 años en paro, no se piensa en tener hijos. La sociedad española prioriza el consumo sobre la familia", argumenta la socióloga Rubio.

Parejas poco duraderas

Además, aporta otras claves que explicarían el baby crash: "La menor duración de las parejas, la falta de ayudas a la familia y la ausencia de horarios laborales flexibles". Cuando finalice esta década, la pirámide de población habrá cambiado drásticamente. Hace diez años, la franja de edad más abundante era la de los veinteañeros (la edad más repetida eran los 27 años), según el Instituto de Estadística de Madrid. En el año 2017, los cuarentones serán mayoría.

"Sobrarán coles y faltarán asilos"

La caída de la natalidad no saldrá gratis a los madrileños: "Sin niños ni jóvenes el Estado del bienestar está en peligro", según la socióloga Ángeles Rubio. Al haber menos cotizantes, las pensiones pueden reducirse. Pero también se resentirá la sanidad: habrá que gastar más dinero en atender los achaques de los mayores. Además, la tasa de dependencia "podría dispararse al 58% de la población en 2050", con lo que habría que potenciar las profesiones dedicadas a su cuidado. En cambio, la educación tendrá menos 'clientela': "En el futuro sobrarán colegios y guarderías, pero faltarán hospitales y residencias", dice Barbeito.