Los parques infantiles de Pamplona son seguros y limpios, pero la información es escasa, según Eroski Consumer

La valoración global es de un 'bien', por encima de la media española, que es un 'aceptable'

Los parques infantiles de Pamplona son seguros y limpios, pero la información es escasa, según un informe presentado por Eroski Consumer, que ha analizado 739 aparatos de juego de 132 áreas de recreo de uso público ubicadas en 18 ciudades españolas.

En el caso de Pamplona, se estudiaron seis zonas de juegos infantiles, ubicadas en el parque El Mundo, la plaza Ilargui, plaza Compañía, plaza Nuevo Baztan, San Roque-plaza Palacio de Justicia, y plaza Félix Huarte, así como 29 elementos de juego, según informó Eroski Consumer en un comunicado.

En total, según datos facilitados por el Ayuntamiento pamplonés, la ciudad cuenta con 93 zonas de juegos infantiles. La valoración final que recibieron estos espacios fue de un 'bien', igual que hace cinco años, cuando se realizó un informe similar. Según el informe, ninguno de los aparatos necesitan una reforma, ya que no están oxidados, ni les falta una mano de pintura, ni hay zonas astilladas peligrosas para los niños.

En la zona de juegos, las mejores calificaciones recayeron en los apartados de limpieza-mantenimiento y seguridad ('muy bien' y 'bien', respectivamente), mientras que la información disponible y las medidas de accesibilidad adoptadas se quedaron en un 'aceptable'.

Mientras el apartado de información se mantiene sin cambios en relación al estudio de 2005, el estado de limpieza y mantenimiento ha mejorado visiblemente (hace cinco años tenía un 'aceptable'). Sin embargo, aunque la seguridad ha pasado de tener un 'muy bien' al 'bien' actual.

Las zonas de juego visitadas en Pamplona con mejores valoraciones fueron las del parque El Mundo, plaza Ilargui, plaza Nuevo Baztan, San Roque-plaza Palacio de Justicia y plaza Félix Huarte (con un 'bien'). El único parque que se quedó en un 'aceptable' fue el de la plaza Compañía.

Zonas de juegos

Consumer Eroski destacó que no hay una legislación en España que regule cómo deben ser los parques infantiles en materia de seguridad y calidad de aparatos y zonas. Por esta razón, el informe se basa en la normativa comunitaria vigente (UNE-EN 1176 y 1177) y en el asesoramiento solicitado a expertos en la materia para establecer criterios de evaluación.

En materia de información, en ninguno de los parques infantiles visitados se observó un cartel que prohibiese la entrada de animales domésticos en el recinto, ni tampoco el que informa de los centros médicos más cercanos para llevar al niño en caso de accidente. Además, en dos no se localizó un indicativo con el teléfono al que deben llamar los padres si se produce una situación de emergencia.

Sin embargo, la situación mejora en la accesibilidad: todos tienen un acceso fácil y libre de obstáculos, los elementos de juego están pintados con colores llamativos y en la mitad de las zonas visitadas se vieron juegos a ras de suelo para niños con problemas de discapacidad. "Eso sí, los carteles escritos en braille brillaban por su ausencia", según el estudio.

Por el contrario, el nivel de seguridad y de limpieza de las áreas de juego visitadas se calificó como 'bueno'. Entre los elementos positivos más destacados, destaca que sólo uno de los parques no estaba delimitado, y eso que existía tráfico cerca. En todos los recintos, el pavimento es de caucho o sintético y la distancia entre los elementos de juegos es la adecuada.

Los elementos de juego

En el conjunto del estudio, casi la tercera parte de los 739 elementos de juego analizados en España presentaban defectos de mantenimiento. En el caso concreto de la muestra de Pamplona (29), los técnicos comprobaron que ninguno de ellos necesitaba una reforma. Esta realidad mejora la proporción de hace cinco años cuando el 44 por ciento de los aparatos tenían defectos.

El informe indica que, según los datos facilitados por el Ayuntamiento pamplonés, los servicios municipales inspeccionan cada semana estos parques infantiles. En ellos se invierte una media de 250.000 euros anuales para garantizar un mantenimiento óptimo.

Los muelles observados en Pamplona funcionaban con normalidad y su aspecto exterior era bueno. Sin embargo, en dos de ellos no había reposapiés ni sistema alguno en el asiento para amortiguar la caída.

Por otro lado, en las estructuras multijuegos se encontraron algunas deficiencias, pese a su buen estado general. En uno de los analizados se echó en falta una barandilla en las zonas de paso de la estructura y ninguno disponía de elementos a ras de suelo para que puedan utilizarlos niños con problemas de movilidad. En cuanto a los columpios, el estado de las cuerdas, asientos y anclajes era óptimo.

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