El Gobierno central aseguró que las obras de la Autovía del Cantábrico (A-8) "sufrirán retrasos" a causa de los desprendimientos producidos en el tramo Mondoñedo-Lindín, tal y como recoge una respuesta a un pregunta del portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG) en el Congreso de los Diputados.

De esta manera, la Administración central reconoció que "la problemática expuesta supondrá una incidencia en la normal ejecución de algunos trabajos", a la espera de que sea aprobado el proyecto modificado.

En concreto, el Ejecutivo indicó que "en este momento" se encuentra en tramitación un proyecto que recogerá las propuestas constructivas de los desmontes, terraplenes y laderas de este tramo, que contarán con "un reajuste" respecto al proyecto inicial.

El proyecto modificado se propone ejecutar viaductos en algunas zonas con inestabilidad de ladera y "ligeros ajustes" en el trazado, lo que "no dará lugar a variaciones sustanciales" respecto a las expropiaciones realizadas.

En este sentido, el BNG remarcó que según lo expuesto por el Ministerio de Fomento, la fecha de finalización del tramo Mondoñedo-Lindín pasa del año 2011 a principios de 2012.

Modificación de la n-VI

Por otra parte, el BNG presentó una iniciativa en el Congreso de los Diputados en la que reclama al Ministerio de Fomento que modifique el proyecto de reforma de la carretera N-VI a su paso por el núcleo de Coirós (A Coruña).

Al respecto, el portavoz en el Congreso de los Diputados, Francisco Jorquera, reclamó a la Administración central que "atienda las demandas de los vecinos" y elimine el punto negro en el cruce de Queirís, que los habitantes de la zona "lleva reclamando años".

Asimismo, Jorquera reclamó habilitar zonas para poder realizar giros a la izquierda y controlar la velocidad de los vehículos de una travesía que, según dijo, "se debe integrar en los núcleos de población por los que discurre". "Se provocará una grave afectación visual y acústica junto con lo que se incrementará la inseguridad para los peatones", criticó.