Es cierto que los incendios no son los siniestros domésticos más frecuentes, sólo suponen el 4,14% de los siniestros tramitados por las compañías de seguros según datos de Unespa (la patronal de los seguros). Se calcula que se producen a diario entre 50 y 80 incendios de este tipo.

Pero los incendios son unos de los siniestros domésticos que mayores pérdidas económicas provocan. Incluso víctimas mortales. Aunque el 90% de los incencios se extinguen sin víctimas, en España mueren anualmente unas 150 personas a causa de los incendios.

Ese 4,14% se traduce en un 14% del importe total de los siniestros.

No obstante, por mucho seguro contra incendios que uno tenga, no  está de más seguir una serie de recomendaciones para evitar males mayores.

El tabaco. No fumes tumbado en la cama o en el sofá y comprueba que todas las colillas están bien apagadas antes de vaciar los ceniceros.

La cocina. Mucho cuidado con lo que coloques en los estantes encima del horno y de la placa. No dejes nada en el fuego si no está presente. Dejar al niño como vigilante es siempre una mala idea. También lo es no cocinar con ropa adecuada: evita las prendas con mangas anchas y largas o fácilmente inflamables. Mantén limpia la campana extractora.

Si prende el aceite de una sartén, apaga la campana, tápela con un paño húmedo o una tapadera y nunca echea agua.

Los niños son otro gran peligro incendiario. En Estados Unidos hay un niño fascinado por el fuego detrás del 33% de los incendios domésticos. Nunca tengas cerillas, mecheros o productos químicos al alcance de los más pequeños.

La decoración. Cada vez está más de moda emplear velas y quemadores como elementos decorativos o para perfumar el ambiente. Nunca los dejes encendidos sin vigilancia y no los coloques al lado de objetos inflamables. No pongas telas sobre las lámparas para mitigar su luz, es fácil que salgan ardiendo.

La electricidad. No sobrecargues enchufes, no emplees alargadores si no es imprescindible y contrata más voltaje si los automáticos saltan a menudo. No sitúes calefactores eléctricos cerca de material combustible ni los emplees para secar ropa.Nunca apagues un fuego eléctrico con agua.

Los detectores de humo y extintores

Presentes en prácticamente  todos los hogares estadounidenses, en España es difícil ver estos aparatos. Si optas por instalarlos, hay que tener en cuenta que se debe pone uno en cada piso de la vivienda.

A la hora de comprarlo comprueba que aparecen las siglas UL, que indican que ha sido sometido a las pruebas de calidad pertinentes.

Y no basta con instalarlos y olvidarse de ellos; al menos una vez al año hay que comprobar que funcionan y conviene probar la batería cada mes.

Respeta las indicaciones del fabricante y sustitúyelo cuando sea necesario (normalmente cada década).

También es buena idea tener un extintor portátil en casa siempre a punto. Y saber cómo usarlo, claro.

En caso de incendio llama al 112. Si es un fuego pequeño intenta apagarlo con un extintor o una manta de tejido no inflamable. Cuidado con el agua, hace más mal que bien en incendios provocados por grasa, electricidad o líquidos inflamables. Para apagarlo colócate siempre de modo que tengas una vía de escape si el fuego se extiende.

Si el fuego está fuera de control no intentes apagarlo. Si puedes cierra la puerta de la estancia en la que esté y la ventana (la falta de oxígeno puede frenarlo), corta el suministro de electricidad y sal de la casa. Si hay mucho humo es mejor escapar gateando.

Los seguros contra incendios

Precisamente la de incendios es la cobertura más básica en los seguros de hogar.

En España no es obligatorio asegurar la vivienda, a menos que así lo exija el banco para conceder un crédito hipotecario, por lo que según Unespa aproximadamente el 35% de los domicilios no están asegurados.

Con la crisis económica, al igual que otros seguros no obligatorios, este número puede incrementarse.

Además, en muchos casos sólo está asegurado el continente, no el contenido, para pagar menos.

Es el propietario de la vivienda el que asegura el contenido por la cantidad que le parece oportuna. Es algo lógico teniendo en cuenta que nadie mejor puede saber a cuánto asciende  el valor de mobiliario y objetos de su hogar. Normalmente se pagarán entre 30 y 40 euros por cada 6.000 euros asegurados.