Sobre las 13.45 horas del día 5 de marzo de 2009 la acusada accedió a la sucursal que Caja Rural de Toledo tenía en la Plaza Alejandro Laso, número 1, de Ventas de Retamosa, mostrando un fingido interés en la contratación de una póliza de seguro para un vehículo a motor siendo atendida por la directora de la citada sucursal, quien le requirió determinada documentación precisa para dicha operación.

Tras abandonar la oficina bancaria con la excusa de ir a buscar la referida documentación, la acusada regresó a la misma, pasados cinco minutos, por lo que la directora la invitó a tomar asiento junto a ella en una de las mesas existentes en la sucursal situada al fondo de la misma.

Instantes después de iniciar la conversación, la acusada, guiada por el ánimo de obtener un ilícito beneficio patrimonial, abrió el bolso tipo bandolera que llevaba colgado y exhibió a la directora de la sucursal una pistola simulada de plástico de color negro que portaba en su interior al tiempo que le decía: "... esto es un atraco, mira lo que tengo, no la quiero sacar, no te muevas y no toques a ningún sitio...".

Acto seguido, la acusada exigió a la directora que le hiciera entrega del dinero que hubiera en el cajón del mostrador de la sucursal accediendo ésta a tan ilegítima pretensión a causa de la sensación de amedrantamiento y turbación padecida, apoderándose la acusada de la totalidad de dinero en metálico que había en su interior.

A continuación, la acusada se encaminó nuevamente hasta la mesa del fondo de la sucursal de la que se apoderó de 300 euros en metálico aproximadamente y, por último, antes de abandonar la sucursal, incorporó a su ámbito dominical una bolsa que contenía unos 350 euros en monedas de cincuenta céntimos. La entidad perjudicada reclama la restitución del dinero sustraído cuya cuantía total ascendió a 6.722,15 euros.