La calle San Pablo de Salamanca recupera la normalidad tras dos meses de obra para eliminar adoquines y renovar el firme

La calle San Pablo en Salamanca recuperó la normalidad tras dos meses de obras que han servido para eliminar los adoquines, solventar las irregularidades de la calzada y dotar a la misma de un nuevo asfaltado.

El firme permitirá un menor desgaste y deterioro de la calle, que cuenta con una abundante presencia de vehículos pesados, además de una importante densidad de otros vehículos. Además, solventará el "considerable" ruido que producía el tráfico al superar los adoquines del carril y por el que habían protestado los vecinos.

Así lo reconoció el concejal de Fomento del Ayuntamiento de Salamanca, Salvador Cruz, quien visitó las obras de mejora en compañía del alcalde de la ciudad, Julián Lanzarote, y otros responsables de las actuaciones.

Junto a la eliminación del adoquinado y la extensión del asfalto, el Ayuntamiento modificó la evacuación de pluviales, de manera que los sumideros pasaron de estar en el centro a tener caída a un lateral. Así se evitará la concentración de aguas en el centro de la calzada.

Además, se construyeron pasos de peatones en cumplimiento de la normativa de accesibilidad de Castilla y León —las obras anteriores databan en 1996— y se ha dotado de la señalización horizontal "adecuada".

La mejora fue posible gracias a un presupuesto de adjudicación de 147.161 euros, que permitió la actuación en un total de 2.600 metros cuadrados, según la información facilitada por el Ayuntamiento de Salamanca.

La vía se abrió al tráfico el pasado jueves 17 de marzo, antes de la fecha límite, que era del 28 de marzo. La intención era poner en uso la calle San Pablo antes de que comenzase la Semana Santa, puesto que es una vía con una importante densidad de tráfico y por la que también pasan numerosas procesiones durante los días de festividad religiosa.

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