El responsable de Cáritas en Gipuzkoa aportó hoy estos datos en una comparecencia que tuvo lugar ante la comisión de Política Social de la Cámara provincial, en la que expuso las principales preocupaciones de la organización ante el recrudecimiento de la situación de las personas necesitadas como consecuencia de la crisis económica actual, especialmente los enfermos mentales sin asistencia familiar y los inmigrantes sin papeles.

Treviño incidió en que estos dos colectivos son actualmente quienes sufren las peores consecuencias de la coyuntura económica y los que son más vulnerables. En este sentido, indicó que el centro Laguntza Etxea, que gestiona Cáritas en San Sebastián para ayudar a inmigrantes, se encuentra actualmente "saturado" dado que muchas de estas personas, que hasta la llegada de la crisis disponían de trabajos precarios, ahora se han quedado sin empleo y, por tanto, sin papeles, mientras que esos puestos de trabajo son ocupados por ciudadanos autóctonos.

Además de estos dos colectivos, Treviño destacó que otra de las principales preocupaciones para Cáritas es el asunto de la vivienda, ya que el 60 por ciento de las ayudas que facilita la organización se destina al pago de alquileres, hipotecas y recibos relacionados con los gastos de los hogares. Este tipo de aportaciones para la vivienda alcanzan el 70 por ciento del total de las ayudas que proporcionan las parroquias, añadió.

El deterioro generalizado de los proyectos de vida de las personas más desfavorecidas, y la acumulación de problemas que viven en la actualidad numerosas personas que se encuentran, pese a todo, en una situación normalizada, contrasta con el "aumento de la solidaridad", un fenómeno "más que notable" en el caso de Gipuzkoa, según destacó Treviño.

El responsable de Cáritas Gipuzkoa apuntó que los problemas que más preocupan ahora a la organización son, entre otros, el número creciente de personas sin hogar, la prolongación de los periodos de inserción social, las dificultades para el acceso a ayudas, becas y cursos orientados al empleo, ya que éstos se encuentran "saturados", así como los retrasos en la concesión de la renta básica (unos tres meses) y la necesidad de más plazas para personas con enfermedades psíquicas en centros especializados.