Las mujeres están muy orgullosas. Los hombres también, pero no lo dicen. Es típico de los árabes, no me preocupa.

¿Cuál es su filosofía?

Que lo que pueden hacer los hombres lo pueden realizar las mujeres, y viceversa.

¿Qué ha cambiado en su Ayuntamiento?

La dinámica de trabajo. Hice una terapia de grupo. Fuera timbre y protocolo. Tengo una relación directa con todos, y todos tienen mi móvil.

¿Se han sorprendido?

Han aprendido a trabajar conmigo, pero muchos siguen trastocados.

¿Cómo ve hoy a la mujer marroquí?

Hace años era un florero. Desde que Mohamed VI aprobó el Código de la Familia, esto ha supuesto una revolución. Hoy, la mujer tiene el poder de divorciarse e incluso puede oponerse a que el marido se case.

¿Qué les falta a estas mujeres?

Involucrarse más en la política. En este campo, las mujeres dejamos todavía demasiadas sillas vacías.

¿Qué opina del problema saharaui?

Estamos trabajando en la creación de una autonomía. La mayoría de los que viven en el Sahara quieren que Marruecos encuentre una solución. Hay que dialogar con la sociedad civil.

¿Y sobre la emigración?

Necesitamos un programa de colaboración en este tema. Por eso, Europa debe ayudar a los países del sur  a crecer. La pobreza es el mal de este siglo. En lugar de dar de comer, deben ayudarnos a desarrollarnos.

Bio. Alcaldesa de Essaouira, ciudad turística de la costa atlántica. 43 años. Casada y con tres hijos. Tiene siete hermanos, todos hombres. Estudió empresariales en Londres.