El coordinador general de Ezker Batua-Berdeak, Mikel Arana, instó hoy al Gobierno vasco a "liderar" el debate sobre la fiscalidad que, a su entender, requiere de "una revisión profunda". En este sentido, reclamó una subida de impuestos "de manera gradual, progresiva y justa" para mantener el actual nivel de protección social y abogó por intensificar de "manera radical" la inspección fiscal.

En su intervención en Bilbao en el Forum Europa-Tribuna Euskadi, Arana analizó la actual situación económica advirtiendo de que se esté aplicando una "filosofía cortoplacista de no planificar por adelantado y de no anticiparse a los problemas" para intentar salir de la crisis.

"Cuando el análisis de la situación no se aborda con soluciones estructurales, atacando los problemas de raíz, sino mediante una huida hacia delante, las causas que originaron la actual crisis se manifestarán de nuevo antes o después y posiblemente con mayor crudeza todavía", alertó.

En este sentido, lamentó que la mayor parte de las medidas que se han aplicado hasta ahora pretenden "solucionar un problema global con herramientas parciales y sin ninguna previsión de conjunto", lo que "está abocado al fracaso".

En el marco de los "graves desajustes" provocados por la crisis que "se están cerrando en falso", el dirigente de EB censuró que, en materia de política fiscal, existe "una discriminación negativa" de la presión impositiva hacia los rendimientos derivados del trabajo, así como "una total ausencia de crítica hacia la falta de progresividad y redistribución de la riqueza de nuestro sistema de impuestos".

Arana recordó que todas las políticas de gasto público se han visto condicionadas por la caída de la recaudación fiscal, con un descenso de recaudación de tributos concertados de 2.100 millones de euros. "La excusa de la crisis como origen del problema no está implicando un análisis de que, en el caso de Euskadi, aproximadamente dos tercios del descenso tiene su causa en las modificaciones del Impuesto de Sociedades los últimos cuatro años, la eliminación de tributos como el Impuesto sobre el Patrimonio o las bonificaciones del IRPF", dijo.

Además, indicó que es "obvio que algo falla cuando las empresas, baluartes de la generación de la riqueza, aportan sólo el 14,7 por ciento del total de la recaudación, mientras que el IRPF supone el 31 por ciento del total" en función de los datos de 2007.

Tras asegurar que las sucesivas bajadas de impuestos no han servido "en absoluto" para responder a la crisis, resaltó que esta falta de recaudación ha generado las condiciones para que sea "mucho más difícil salir de la misma, al no tener las administraciones recursos suficientes para desarrollar políticas anticíclicas y sociales potentes".

En este sentido, manifestó que el lehendakari, Patxi López, "tenía razón cuando decía que no se pueden tener servicios del norte de Europa pagando impuestos del norte de África" e insistió en que, "si queremos mantener el nivel de protección social, tenemos que aumentar los ingresos públicos". "Y para eso habrá que subir los impuestos, de manera gradual, progresiva y justa", defendió Arana, que además apostó por "intensificar de manera radical" la inspección fiscal.

De este modo, cuestionó "cómo se puede hablar de la economía sumergida española sin sonrojarse" teniendo en cuenta que "oscila entre el 20 y el 30 por ciento". El fraude fiscal, advirtió, es "un robo social".

En este contexto, afirmó que es "responsabilidad" del Gobierno vasco "liderar ese debate" en Euskadi y "decirlo de manera muy clara", sin "amagar un día para no pegar al siguiente". "Hay que proceder a una revisión profunda de la fiscalidad en Euskadi", insistió.

Asimismo, el líder de EB criticó que las medidas adoptadas para favorecer mediante subvenciones el consumo en determinados sectores que, en su opinión, en Euskadi "son llevadas casi al ridículo por Patxi López" al "gastar 19 millones en salvar" al sector del mueble que "no tenía necesidad de ser gastado".

Tras indicar que los nuevos modelos de construcción, las energías renovables o el I+D+i han sufrido "recortes presupuestarios", destacó que "en donde la inversión pública resulta imprescindible, es precisamente en el sector de los servicios sociales", pero lamentó que tanto la Ley de Dependencia en el Estado, como la Ley de Servicios Sociales en Euskadi, crean un campo de posibilidades para la creación de empleo, que "ni Gobierno estatal ni Gobierno vasco han querido explotar de manera programada y sistemática".

Asimismo, lamentó que el debate sobre el sistema de pensiones "se reduzca a cuantificar el descenso del gasto público" y, por el contrario, no se aborde la posibilidad de financiación mixta o el "efecto recaudatorio positivo" de elevar el salario mínimo interprofesional.

"recortes" de derechos

Por otro lado, Arana denunció que, aunque "hoy en día ningún partido los cuestiona", se están recortando "de manera muy importante" derechos como la enseñanza o sanidad públicas, o el derecho a prestaciones por desempleo.

En este sentido, manifestó que en Euskadi, con un gobierno liderado por el PSE, la educación pública, "en lugar de ir mejorando, va empeorando con respecto a la privada y concertada". Del mismo modo, reprochó que, en materia de Sanidad, "se van abriendo más clínicas privadas, y en muchos casos concertando servicios con ellas", lo que "generará menos costes para las administraciones, pero mayores desigualdades para la ciudadanía".

Respecto a los servicios sociales, criticó que "se está empezando a limitar el acceso de los más desfavorecidos al mismo" y explicó que la Ley de garantía de ingresos mínimos "convierte la renta de garantía, antigua renta básica, en derecho subjetivo, es decir reclamable ante los tribunales". "Eso significa que la dotación presupuestaria ya no puede ser motivo de no prestación. ¿Qué ha hecho el gobierno? Limitar a dos, el número máximo de perceptores por vivienda", agregó.

A su juicio, esta iniciativa que "se ha vendido como la búsqueda de una solución a los pisos patera, en realidad, no deja de ser una manera, sin cuestionar la base del sistema, de abaratarlo".

El dirigente de EB, para el que "en buena parte de Europa no se ha venido produciendo un debate serio sobre la dualidad progresistas-conservadores", señaló que "esta fusión entre liberales y socialdemócratas es especialmente grave en Euskadi donde el PSE gobierna con PP y el PNV vuelve a la carga con los modelos de estado, cuando en política social no hay diferencias, el tema nacional es el verdadero protagonista de la batalla política".

En esta situación, defendió que los "ejes" en los que debería pivotar el discurso de la izquierda "transformadora" son la justicia social, la paz y el "escrupuloso" respeto al medio ambiente.

Arana se mostró convencido de que "no debemos renunciar a cambiar el modelo" y advirtió de que "tanto la derecha como el centro tendrán que darse cuenta de que el modelo actual ha fracasado". En cualquier caso, señaló que "cualquier cambio" realizado "exclusivamente vía decreto suele durar muy poco", por lo que debe hacerse "a través del diálogo social" y con "consenso".

No obstante, reconoció que éste es "muy difícil de conseguir con determinadas formaciones políticas porque estén mucho más a la guerra partidista que al interés de la ciudadanía".

Finalmente, el dirigente de EB señaló que Euskadi "sigue resistiendo mejor" la crisis, pero precisó que, si bien "no se está yendo por el mal camino, el problema es que se empiecen a adoptar las mismas medidas que en el resto de territorios del Estado y que aquellas cuestiones que son referencia, como el nivel de prestaciones sociales o la garantía mínima de ingresos, o se cuestionen permanentemente".