Cientos de ciclistas de todas las edades se manifestaron hoy en la carretera PO-325, que une Vigo y A Ramallosa, convocados por la asociación 'A golpe de pedal' para protestar por lo que consideran "oportunismo político" de la Xunta al suprimir el proyecto de carril-bici para este vial.

En declaraciones a Europa Press, el portavoz del colectivo, José Manuel Suárez Márquez, cifró la asistencia en "unos 1.500 biciclistas", ya que, según aseguró, la marcha salió de la playa de Samil para llegar a A Ramallosa y ocupó unos dos kilómetros de la carretera.

"Pretendemos hacernos visibles y que la Xunta nos escuche", destacó Suárez, quien mostró su satisfacción por haber conseguido reunir a "tantos" ciclistas "de todos los ámbitos": "Hay bicis de carretera, mountain-bike e incluso varios tándem de discapacitados", resaltó.

Así, apuntó que, después del acto de hoy, 'A golpe de pedal' espera que el Ejecutivo autonómico y, más concretamente, la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas les argumente "las razones" por las que hacen lo que ven como "una pequeña chapuza".

A su juicio, las rectificaciones efectuadas por el departamento que dirige Agustín Hernández hacen el trazado más "peligroso" para los ciclistas, ya que el nuevo diseño priva a estos de espacio propio y limita su circulación al arcén de la vía, que tiene una anchura de dos metros y medio inferior a la del carril previsto para uso exclusivo de las bicicletas.

"saturación" de la vía

"¿Qué pasa con esos dos metros y medio?", inquirió el portavoz, en declaraciones a Europa Press, tras lo que atribuyó el recorte a un "oportunismo político" de las autoridades gallegas "con los vecinos de todo el recorrido".

En este sentido, censuró a la Xunta porque, según demandó, "tiene que velar por el bien común" y criticó, además, a los responsables del Gobierno gallego por anunciar, hace tan sólo una semana, que dejará el arcén de dos metros para que las bicicletas circulen en ambos sentidos.

Para Suárez, "están saturando" la carretera y esta es una cuestión que "deben tomar en serio". "Llevamos un año intentando hablar con la Xunta del proyecto y el señor conselleiro —por Agustín Hernández— dijo que lo había consensuado, pero no sé con quien habló", reprochó, por lo que concluyó que les "gustaría" que les "llamaran". Por lo de pronto, la próxima semana entregarán 10.000 firmas en Santiago y esperarán "a ver" si los dirigentes autonómicos "atienden a razones".