Por iniciativa de CCOO, y tras superar no pocos engorros administrativos, los operarios comenzaron sus trabajos en la tarde de ayer, eliminando uno a uno los graníticos anagramas del franquismo con martillo y cincel, lijadora y pulidora, informó el sindicato en nota de prensa.

CCOO, que comparte este edificio patrimonio sindical con UGT, solicitó el pasado mes de noviembre al Ministerio de Trabajo que, al amparo de la Ley de Memoria Histórica, aprovechara las obras que está realizando en el edificio para eliminar de sus fachadas los últimos vestigios del sindicalismo vertical y de la propia dictadura franquista.

El Ministerio no puso problemas, pero CCOO tuvo que tramitar ante el ayuntamiento de Toledo una ampliación de la licencia de obras para incluir estos trabajos. A su vez, antes de otorgarla, el Ayuntamiento esperó el dictamen de la Comisión Provincial de Patrimonio.

El secretario provincial de CCOO de Toledo, Jesús García Villaraco, afirmó que "quitarlos sólo ha sido un hecho mecánico. Lo importante es que, a pesar de estar esculpidos en granito, la historia ya los había disuelto hace muchos años".