La recesión reduce un 28% la facturación del sector forestal, que perdió 3.300 empleos y no ve "signos de recuperación"

Las cortas de madera cayeron un 22%, hasta los 6,15 millones de metros cúbicos, y la industria acusó la falta de materia prima

La recesión económica y la caída del consumo provocaron una reducción del 28% en la facturación del sector gallego de la madera, que alcanzó los 1.619 millones de euros el año pasado —frente a los 2.259 millones de 2008, un 6 por ciento menos que en 2007— y recortó 3.300 empleos. La industria de primera transformación fue la más afectada por la crisis mundial, con una disminución del 31 por ciento en el caso de los aserraderos, del 35 por ciento en el de las plantas de tablero y chapa y del 20 por ciento en la de pasta de papel.

En rueda de prensa, el director gerente de Monte Industria, Juan Picos, advirtió de que no hay "signos de recuperación" en el presente ejercicio al considerar que, aparte del "vendaval" económico que afecta a los mercados internacionales, el sector gallego de la madera adolece de problemas estructurales desde "hace 20 años".

El descenso en las cortas de madera, que descendieron un 22 por ciento el pasado ejercicio hasta situarse en 6,15 millones de metros cúbicos —frente a los 8 millones de 2008—, repercutió en la actividad de los rematantes de la comunidad, cuya producción descendió un 42 por ciento y su facturación ascendió a 274 millones de euros —un 31 por ciento menos—.

Según apuntó el presidente de Fearmaga (Federación Empresarial de Aserradores y Rematantes de Maderas de Galicia), Elier Ojea, al contexto económico internacional, se sumaron las dificultades en el acceso a la financiación, la reducción de créditos a clientes y, a partir del segundo semestre de 2009, la competencia de los aserraderos franceses que recibieron ayudas del Gobierno galo a raíz de las pérdidas del 'Klaus'.TABLERO,

Chapa y celulosa

Las plantas gallegas de tablero y chapa también produjeron menos —un 25 por ciento— que en 2008 y disminuyeron su facturación un 35 por ciento. Desde el segundo semestre del año, estas factorías acusaron la falta de materia prima, así como su consumo, de tal manera que estos factores condicionaron su funcionamiento.

Junto a la industria pastera, el volumen de negocio de este subsector alcanzó los 576 millones, un 31 por ciento menos que en 2008, y redujo un 15 por ciento el empleo.

En el caso de la pasta de papel, la "drástica" caída de precios de la celulosa provocó un descenso del 20 por ciento en la facturación de la fábrica de Pontevedra, cuya producción se mantuvo respecto a 2008. El descenso de precios de la pasta de papel motivó el cierre del 10 por ciento de las fábricas del mundo, las menos eficientes, aunque en España concluyó la ampliación de la factoría de Navia (Asturias) que, según Picos, es "la más eficiente" de la UE —con una capacidad de hasta 500.000 toneladas—.

Mobiliario y carpintería

La segunda transformación de la madera, integrada por empresas de mobiliario y carpintería, registró un descenso en la producción —del 24 por ciento— inferior a la caída media en la UE —25 por ciento— y una disminución de su volumen de negocio —del 22 por ciento— hasta los 535 millones de euros.

La carpintería experimentó un mayor impacto de la crisis, al caer un 25 por ciento su facturación y reducir un 13 por ciento su número de empleos. En el caso del mueble, su volumen de negocio cayó un 16 por ciento y recortó un 9 por ciento sus puestos de trabajo. Así, ambos subsectores pasaron de los 16.000 empleados en 2008 a los 14.246 del año pasado.

A esta situación contribuyó, como explicó la gerente del Cluster de la Madera, Belén Varela, la "excesiva dependencia" de las empresas de segunda transformación al sector de la construcción; la caída del consumo; los problemas de acceso al crédito y reducción de los préstamos comerciales a los clientes; el incremento de la morosidad en los cobros y la competencia con empresas que operan con ventajas al encontrarse en situación concursal.

Además, el desajuste entre la oferta y la demanda, según precisó, a raíz de la caída del consumo ha provocado que las empresas redujesen sus márgenes hasta el punto de suponer un "peligro" para su viabilidad.

"menos tojos y más madera"

Los representantes de la industria de la madera alertaron de la falta de competitividad del sector gallego en cuanto al suministro de materia prima sin que se disparen los costes, una carencia que vincularon a la existencia de 600.000 propietarios forestales y la ausencia de un monte "ordenado". Hacen falta, como resumió Ojea, "menos tojos y más madera".

La industria gallega importó casi un 10 por ciento de la madera transformada el año pasado, aunque descarta apostar por el aprovisionamiento exterior ya que, a juicio de Picos, supondría "el principio del fin". La estructura minifundista de la propiedad y la falta de ordenación de la superficie forestal se suma a la carencia de madera certificada que en Galicia representa un 7 por ciento —frente al 80 por ciento de otros países—. "Es un síntoma de la enfermedad", apuntó el gerente de Monte Industria.

"Si no somos capaces de aunarnos, juntarnos y hacer certificación por comarcas o regiones, otras zonas sí lo están haciendo", advirtió Ojea, quien avisó de que las empresas "pueden plantearse su traslado" de la comunidad.

A este respecto, Picos incidió en que un propietario puede estar dos años sin vender, pero una industria no puede estar 15 días parada. Así, señaló que el Gobierno de Finlandia aplicó una exención fiscal del 50 por ciento a los propietarios que vendiesen madera para reactivar las cortas, que habían caído un 50 por ciento. "Lo que se ha dejado de invertir y de hacer es lo que nos está condenando a pasar el vía crucis que estamos pasando", consideró.

Falta de atención de la xunta

Los representantes lamentaron la falta de una "apuesta clara" por el que es el tercer sector en actividad de Galicia y del que subrayaron que ha perdido 3.300 empleos. "No nos sentimos abandonados, sino no muy tenidos en cuenta", aseguró Ojea, quien consideró "fundamental" la implicación de la Administración gallega para reconvertir el minifundismo "en monte ordenado" y a incentivar la producción de riqueza del "mar verde" gallego.

También confió en que la futura ley de Montes sea "buena", consensuada y concebida por un periodo de entre 25 y 30 años, así como que esté dotada de "medidas económicas adecuadas". "O se vuelve a invertir en el monte por la Administración con un marco que incentiva a los propietarios o en Galicia no tenemos mucho futuro", subrayó Picos, quien insistió en que se han perdido 25 años.

Por su parte, Varela defendió que las empresas de carpintería y mobiliario han de buscar nuevos nichos de mercado y reducir su dependencia del sector de la construcción, al entender que "no se va a recuperar de forma inmediata". También abogó por la "reorganización" de estas firmas —nueve de cada diez, microempresas— para alcanzar una "estructura mínima" y actuar como industria auxiliar, proceso para el que demandó el apoyo de la Administración.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento