En los últimos años estas compañías han venido situando las oficinas donde los clientes pueden hacer gestiones de forma personal en establecimientos comerciales, mayoritariamente tiendas de electrodomésticos, que son atendidos por personal de estos comercios.

La investigación proviene de sendas denuncias, una que presentó el Consejo de Consumidores de Castilla-La Mancha y otra de un establecimiento de Albacete. En el informe que remite la Comisión Regional a la Nacional se indica que "es preciso analizar si el hecho de externalizar el servicio de atención al cliente y prestarlo en establecimientos comerciales relacionados, en mayor o menor medida, con la electricidad, puede suponer ventajas competitivas de unos establecimientos frente a otros".

La Comisión informa de que si se parte de la clara posición de dominio que las eléctricas tendrían en territorios concretos, a pesar de la reciente liberalización del sector, esta práctica comercial supondría "que la mayoría de la población se vería obligada a pasar al interior de un establecimiento comercial de electrodomésticos concreto para realizar gestiones con la compañía eléctrica".

"El supuesto desequilibrio competitivo podría producirse al beneficiar las compañías energéticas a unos determinados comercios, que aumentarían su flujo de clientes, en perjuicio de otros del sector", alega.

El organismo que preside Sebastián Fuentes ha remitido el expediente a la Comisión Nacional de la Competencia para que sea ésta quien continúe con el procedimiento, ya que, según afirma el organismo regional, esta práctica no sólo se da en Castilla-La Mancha.