Así, esta mañana quedaron absueltos Rafael R. y Mario I. El primero era uno de los supuestos encargados del almacén y el segundo, uno de los empresarios proveedores de la pirotécnica. Al quedar absuelto este último, también se retiraron cargos contra la pirotécnica Igual S.L. y su aseguradora, Amaya.
El letrado que representa a la familia de los dos hermanos muertos en el incidente, repasó en su informe todas las deficiencias que presentaba el almacén donde se produjo la explosión. En primer lugar, la nave III, según el proyecto, tenía que estar destinada a la expendeduría y no al almacenaje como se hacía, y solamente podían estar en ella tres personas —en el momento de los hechos había cuatro personas—.
Además, la instalación eléctrica debía ser subterránea y en cambio la nave contaba con una línea provisional exterior. Tampoco se llevaba un riguroso registro del libro de entradas y salidas del material, y las obras se iniciaron en 1990 sin permiso ni licencia, expuso el abogado.
"La pirotécnica estuvo en funcionamiento 25 meses antes de los hechos y a los Brau no se les ocurrió contratar una póliza de seguro, lo que demuestra que su manera de trabajar era una auténtica chapuza", atacó el letrado.
El centro tampoco estaba dado de alta, por lo que era un "centro clandestino" y se impedía así que pudiera hacerse una inspección laboral, ya que se desconocía su existencia, criticó. El abogado de la acusación particular también recordó que los fallecidos no estaban dados de alta en la Seguridad Social y que se hizo una vez hubieron muerto. "Si para dar de alta a alguien es necesaria su firma, ¿cómo lo hicieron?", se preguntó, e insinuó que alguien las falsificó.
Finalmente el letrado reprochó a los propietarios de la pirotécnica que no formaran como era debido a sus empleados, ya que no se les dio ningún manual, y que tampoco se les facilitara el vestuario necesario para trabajar en un lugar así. "Además, existe el agravante de que manipulaban material prohibido con su total desconocimiento, manipulaban una bomba", sentenció.
La explosión se produjo el 3 de junio de 1993 en el interior de la nave III. La expansión de la onda calorífica provocó tres explosiones más en cada una de las naves de trabajo. La explosión causó la muerte de cuatro personas y heridas de diversa consideración a cinco personas más, así como numerosos daños materiales. En el lugar de los hechos se encontraron petardos con clorato y metales, una combinación que estaba prohibida.
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