Los conductores de los altos cargos de la Generalitat de Catalunya están en pie de guerra y un par de ellos no van a trabajar desde el lunes. Están en huelga de brazos caídos. Se quejan de que han de pagar por adelantado todos los gastos que pueda generar el coche oficial y de que les hacen pagar las multas por infracciones que cometen a petición de los altos cargos. Según cuantificaron, supone una media de 200 euros al mes.

Por tanto, tienen que abonar, entre otros, el cambio de aceite, los peajes de las autopistas de fuera de Catalunya y las multas por exceso de velocidad que les puedan poner y que, como indica su convenio, debería tramitar y sufragar la conselleria de turno. "No circulamos con exceso de velocidad por gusto. Lo hacemos porque el alto cargo que llevamos detrás nos lo pide porque llega tarde a algún acto", justifica a 20minutos uno de los chóferes, Antoni Casquero. «No podemos financiar la Generalitat. Antes de ir a trabajar, hemos de pasar por el cajero automático y sacar 100 euros», prosiguió.

En su caso, además, se le añade que la conselleria para la que trabaja no ha tramitado las últimas multas y, como consecuencia, le han embargado sus cuentas privadas. "¿Y ahora, qué? ¿Tendré que pedir un crédito para acabar de pasar el mes?", concluye.

Los chóferes de los coches oficiales de la Generalitat llevan a consellers, directores generales y secretarios del departamento. Antoni Casquero lleva 22 años en activo y según afirma, "nunca me había encontrado con una situación similar". Él y su compañero Antoni Vidal iniciaron esta protesta y no tirarán la toalla hasta que "esto se solucione". Tampoco descartan llevar a cabo una huelga con sus colegas de profesión.