Según informó la institución provincial en un comunicado, en cuanto al nivel exigido en la prueba, el tribunal entiende que ha actuado de conformidad con la Sentencia de 1 febrero de 2006 del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que "desde luego no se trata más que de una conjetura fruto de la reflexión y el criterio subjetivo de la parte, pues es práctica habitual que en los supuestos de participación de un elevado número de opositores se produzca un endurecimiento del contenido material y de conocimientos a demostrar, en una palabra de la capacidad y de los méritos, con la finalidad lógica de depurar el número de aspirantes y seleccionar en consecuencia a los más capacitados".

Sobre la inadecuación del cuestionario al programa de la convocatoria, el tribunal ha establecido "que en tanto los opositores como el propio tribunal están vinculados con las bases aprobadas y por consiguiente con el programa de los ejercicios, la actuación del tribunal se ha de ceñir a los conocimientos de los aspirantes en relación con el programa de la oposición, por tanto la cuestión estriba en si las preguntas exigidas versan sobre materias incluidas en el programa de la oposición.

En este caso concreto y analizadas todas y cada una de las preguntas, determina que todas las cuestiones formuladas en el ejercicio, excepto las que expresamente se anulan son adecuadas al programa exigido.

Sobre la prohibición de efectuar correcciones en la hoja de respuestas se considera que ha seguido "los criterios jurisprudenciales que admite que el tribunal pueda dejar de valorar a través de procedimientos mecánicos respuestas al cuestionario si el aspirante no cumplimentó el impreso correctamente según las instrucciones dadas".

En cuanto a la denuncia efectuada sobre la posible comisión de irregularidades en el desarrollo de la prueba, el tribunal manifiesta en su acuerdo hecho público hoy que en cada una de las diferentes aulas donde se realizaron los ejercicios existían tres colaboradores entre los cuales y como responsable se encontraba un funcionario de carrera que "procedió a la apertura de la caja que contenía los cuestionarios una vez estaban presentes todos los opositores y anunciando el desprecinto de la misma". No obstante, la hoja de respuestas no podía estar precintada en tanto eran nominativas y ninguna influencia podría tener para el resultado del ejercicio el hecho de que estuvieran abiertas.