Estaba delante de nuestros ojos, pero era tan discreto que había pasado desapercibido incluso para el gabinete de prensa de Zarzuela, donde al preguntar ayer por esta novedad, nos contestaban con un "no lo sabemos. No nos habíamos dado cuenta".

Ayer por la mañana saltaba la liebre en la web Vanitatis: la Princesa Letizia usa brackets. Casi es imposible apreciarlos porque están fabricados con un material traslúcido que deja ver el color natural del diente, una opción cada vez más de moda en las clínicas dentales.

Se trata de un tratamiento que, según fuentes consultadas por 20 minutos, podría costar entre 3.800 y 5.500 euros, un 30% más caro que los brackets convencionales. Y los hay para todos los gustos: de colores, con piedras preciosas... El precio depende del problema que se pretenda corregir, lo que en el caso de Letizia sigue siendo una incógnita.

Un detalle mínimo

Hay que retroceder hasta el pasado día 4 de febrero para descubrir la primera instantánea de Letizia con aparato, durante la entrega de los Premios Jaime I en Valencia. Más tarde, en Roncesvalles, también pudimos constatar el cambio en su sonrisa que, aparentemente, nunca ha tenido nada de defectuosa.

Otro detalle estético eclipsó entonces el aparato dental. El largo de la melena de la Princesa de Asturias había experimentado un cambio sustancial en sus últimas apariciones, lo que llevó a los medios a especular si se había puesto extensiones de cabello. Es, junto con su operación de nariz, una prueba más de su preocupación por la búsqueda de la perfección estética y médica.

Por supuesto, Letizia no es el primer miembro de la realeza en sufrir la ortodoncia: su marido, el Príncipe Felipe, también llevó aparato dental, al igual que Luis Alfonso de Borbón, el príncipe Enrique y la princesa Beatriz de Inglaterra.

Otros ilustres 'brackets'

Fuera de la realeza tampoco escasean los que han lucido, con más o menos orgullo, correctores bucales. Famosos como Tom Cruise y los cantantes Dani Martín, Rosa López o Bimba Bosé, pasando incluso por la mismísima Isabel Preysler, no han dudado en pasar por el ‘sillón’ para mejorar su sonrisa.

En el lado opuesto a la Princesa Letizia está quien se enorgullece de sus imperfecciones bucales: Madonna no sólo no ha corregido su diastema (dientes separados), sino que lo ha convertido en icono de su imagen. Así ha sido también para Vanessa Paradis, Eddie Murphy, Elijah Wood y Anna Paquin, protagonista de la serie vampírica True Blood. La actriz Lauren Hutton fue una pionera en lucir diastema; ya en los años setenta demostró que la belleza no está siempre unida a una dentadura perfecta.