Según consta en el escrito de acusación del Ministerio Público, el hombre, de profesión vigilante jurado, compartía con su mujer desde 1998 el domicilio familiar, en Granada capital, pese a que tenía contra él una sentencia de malos tratos que le prohibía acercarse a ella. Ambos vivían con el hijo que tenían en común y con la hija de la mujer, nacida en 1991. La joven y el inculpado mantenían, según el fiscal, "una relación de especial intimidad" que derivó con los años en abusos sexuales, que comenzaron por presionarla para desnudarse y numerosos tocamientos.
En una fecha no determinada, pero en cualquier caso entre 2007 y 2008, los abusos fueron más allá y el hombre la obligó a practicarle una felación, llegándose incluso a ponerse un preservativo de sabores ante los "gestos de repugnancia" de la menor, que entonces tenía unos 15 ó 16 años.
La Fiscalía solicitaba para éste inicialmente por dos delitos de abuso sexual y otro de quebrantamiento de condena 10 años y nueve meses de prisión, con la prohibición de acercarse a la joven por un período de ocho años, e indemnización para la chica de 24.000 euros.
La acusación particular elevaba su petición a 13 años de cárcel, prohibición de aproximación durante 10 años e indemnización de 30.000 euros por un delito continuado de abuso sexual y otro con acceso carnal. Finalmente, las partes, incluida la defensa, han acordado cuatro años y medio de cárcel, 12 de prohibición de aproximación, y multa de 3.600 euros, y 24.000 euros más en concepto de responsabilidad civil por los daños morales ocasionados por un delito continuado de abusos sexuales y otro de quebrantamiento de condena.
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