Es lo que se pone de manifiesto en el informe La huella ecológica de Andalucía. Una herramienta para medir la sostenibilidad de la Consejería de Medio Ambiente, presentado ayer en Sevilla. ¿Cómo se llega a esa conclusión? Sólo hay que sumar el consumo energético, agrícola o ganadero que hace cada andaluz y, posteriormente, traducirlo a superficie productiva, a hectáreas. Es lo que se conoce como «huella ecológica». Así, el consumo medio de cada andaluz supone más de 4,5 hectáreas de terreno al año, cuando dispone de 1,76. Aunque los andaluces están por debajo de la media española (4,8 hectáreas por habitante y año) y de Europa occidental (5,2), los datos no son positivos. La cifra ha aumentado. Hace cinco años se hablaba de un consumo medio de 4,1 hectárea anual por persona.El sector energético es el principal responsable de la situación: gastamos más energía de la que tenemos. Le siguen agricultura, ganadería, superficie construida e infraestructuras.