Dorado recalcó que, además de estos billetes y bonos, los tickets especiales, como los de jubilado y discapacitado, se quedan con el mismo precio, 0,16 céntimos; el bonobús de 10 viajes pasa de 4,27 a 4,52 euros, un 5,85 por ciento más; la tarjeta de estudiantes de fuera de Logroño, de 20 viajes, pasa de 7,88 a 8,32 euros, un 5,58 por ciento más; y la tarjeta de estudiante de Logroño, también de 20 viajes, pasa de 5 a 5,28 euros, un 5,6 por ciento.

De este modo, en conjunto, la subida media es de un 3,2 por ciento "cuando no ha habido ninguna subida desde 2003, y el incremento del IPC desde esa fecha ha sido del 16 por ciento". A ello sumó que las tarifas en Logroño "son bajas por la baja velocidad del servicio", que achacó a que un 42 por ciento de los usuarios usan el billete normal y no las tarjetas "lo que supone un aumento en las frecuencias".

Por ello, incidió en que la estrategia en la subida de los precios "ha sido subir más el billete normal para que los ciudadanos se pasen a los bonos y dejen el billete normal". El concejal apuntó que, pese a esta subida, Logroño sigue siendo la ciudad más barata en el billete normal, frente a capitales como San Sebastián (1,35 euros), Santander (1,10), Zaragoza (1 euros), Vitoria (0,95) o Burgos (0,85).

Dorado criticó especialmente el proceso de aprobación de las tarifas por parte del Gobierno regional, en lo que calificó como "tratar de ahogar económicamente al Ayuntamiento, en contra de los intereses de los logroñeses". Así, explicó que la propuesta de subida se realizó por primera vez en enero del año pasado. En febrero, se reunió la Comisión regional de Precios "y en marzo se denegó la propuesta".

El edil señaló que, en aquel momento, desde el Ejecutivo riojano se argumentó para la negación que "el billete normal subía más que el IPC desde el año 2007, y que el Ayuntamiento no había querido subirlo antes, cuando éste no es un argumento, porque se debe basar en la tarifa media, y no en un único precio".

Tras esta denegación, el Ayuntamiento recurrió ante el Contencioso-administrativo "con la reclamación de más de 200.000 euros que se han perdido para las arcas municipales por esta denegación". Mientras este proceso sigue adelante, el Consistorio volvió a presentar sus nuevas tarifas a la Comisión de Precios en el mes de septiembre, añadiendo las rebajas del bonomés y del bonopeque, con lo que la subida media quedaba en el 3,2 por ciento.

En la reunión de la Comisión del mes de octubre, según el relato de Dorado, todos los sectores sociales votaron a favor, mientras que los políticos lo hicieron en contra. "Lo tenían difícil para rechazar la propuesta de nuevo", apuntó el concejal, quien incidió en que "iba a quedar aprobado por silencio administrativo en diciembre".

Sin embargo, antes de que se cumpliera este plazo, por parte del Gobierno "se pidió una información completamente superflua", lo que paralizó el procedimiento durante un mes. Por fin, "si el plazo para el silencio administrativo finalizaba el pasado 30 de enero, nos comunicaron la aprobación el día anterior, justo antes de que finalizara el plazo, lo que ha significado que hemos perdido otros 50.000 euros".

En total, Dorado subrayó que "el Ayuntamiento ha perdido primero 200.000 euros y luego otros 50.000, que se iban a destinar a mejoras en el servicio, como la puesta en marcha del SAE o para la gratuidad, este semestre, hasta los 8 años, y que, en cambio, se han tenido que dedicar a pagar a la concesionaria por la falta de aprobación de las nuevas tarifas". "De todos modos, el Ayuntamiento buscará la financiación para poner en marcha estas mejoras", finalizó.