La ciudad de Milán ha cerrado al tráfico este domingo, de diez de la mañana a seis de la tarde, para combatir el alto nivel de contaminación que desde hace diecisiete días supera los límites de alerta fijados por la Unión Europea (UE).

"Hay que ir a pie o en bicicleta", dijo hace unos días el presidente de Lombardía, Roberto Formigoni, tras una reunión de urgencia para analizar la situación con la alcaldesa de la ciudad, Letizia Moratti, y el asesor provincial de Transportes, Giovanni De Nicola.

Desde hace diecisiete días, Milán supera el límite de alerta fijado por la Unión Europea en la emisión de partículas contaminantes de diámetro inferior a 10 micras (PM10), que pueden causar asma, problemas cardiovasculares, cáncer de pulmón e incluso muerte prematura.

Para acabar con la "niebla" que se ha formado en la atmósfera milanesa la alcaldesa había sugerido endurecer el Ecopass, un impuesto para los vehículos más contaminantes que entren en el centro histórico y que se aplica en la ciudad desde hace dos años. Los vehículos de gasolinas diesel sin filtro antipartículas hasta ahora excluidos de pagar el impuesto, también tendrían que someterse a él.

El presidente de la provincia, Guido Podestà, ha sugerido que en cuanto remitan los riesgos de heladas se aplique una medida experimental de limpieza con agua, en tramos de hasta cinco kilómetros, para evitar que se dispersen las partículas depositadas en la calzada.

Durante el corte de tráfico sólo han podido desplazarse por la ciudad los coches con "impacto cero" -gpl, metano, eléctricos e híbridos- y los vehículos de servicios de emergencia.