La más reciente fase de restauración del ermitorio de Vallibona ha supuesto el primer paso para crear en el mismo un centro de interpretación del que es el primer santuario levantado en honor a Santo Domingo.

Ha sido elaborado ya un primer panel informativo obtenido a partir de una tesis doctoral de Yolanda Gil sobre la actual edificación, con todos los detalles, y ya se están preparando otros sobre el primer santuario, la construcción del relicario, los gozos y otro comparativo entre la situación en que se encontraba el santuario antes de emprender las actuales restauraciones con el resultado final de las mismas.

El espacio de la sacristía ha sido restaurado, por lo que va a acoger estos paneles informativos. En estos momentos, un padre dominico está buscando en Roma posible documentación del origen de la devoción de Vallibona a Santo Domingo y ese sería un primer panel explicativo.

"Es importante destacar cómo en un tiempo tan próximo a su canonización hay un foco de devoción en este pueblo, pues Santo Domingo fue canonizado en 1234 y posiblemente en Vallibona se le comenzó a venerar ya en 1240", dijo el impulsor del centro, Teòfil Pitarch.

La ermita hizo las funciones de parroquia de la parte baja del término municipal y en una tesis doctoral de la Universidad de Barcelona se ha hallado un inventario de 1370 donde figuran, entre otras cosas, mortajas, copones y herramientas para cavar fosas, "lo que indica que cerca del santuario hubo probablemente un cementerio", dijo.

El centro de interpretación dedicará una parte al retablo gótico que ahora se halla en la iglesia parroquial pero que fue construido para el anterior santuario. "Hemos podido comprobar que el autor fue un artista de Sant Mateu", señaló Pitarch.

El relicario de Santo Domingo, del siglo XIX, también tendrá un espacio porque se diferencia de la mayoría por ser de mucha mayor altura. Habrá una copia de los gozos de Santo Domingo, del siglo XVII y se hará amplia referencia a los personajes ilustres vinculados al santuario como San Vicent Ferrer, el beato Orfanell, fraile dominicano, y un jesuita granadino que vino a Vallibona seguramente por influencias del arzobispo Meseguer y Costa.

La nueva imagen del santo, regalada por unas monjas aragonesas tras conocer que la anterior había sido robada, también estará reflejada en el centro de interpretación.

Pitarch reconoció que "no será fácil que la ermita esté abierta regularmente para visitar su sacristía al estar situada en un inmenso bosque, en soledad, así que nos gustaría que en verano y en periodos vacacionales pudiera haber alguien allí que condujera las explicaciones de todos los paneles que vamos a instalar".

Destacó que la restauración del ermitorio "ha sido posible por aportación de los vallibonenses, hemos pedido una ayuda a la administración provincial y autonómica pero no nos han contestado todavía", y alabó la "incorporación de Conxa Jimeno porqu,e gracias a ella, hemos podido recuperar toda la cerámica del santuario"..