"Me enteré de que una amiga había muerto en el terremoto a través de Facebook"

  • Los haitianos residentes en España relatan cómo han vivido la tragedia.
  • La mayoría ha pasado varios días sin poder contactar con su familia.
  • Llaman a la movilización ciudadana para enviar ayuda a su país.
  • FOTOGALERÍA: El terremoto de Haití | Cómo puedes ayudar.
Vista de una zona en la ciudad de Puerto Príncipe, donde varias ONG's intervienen en la distribución de ayuda humanitaria.
Vista de una zona en la ciudad de Puerto Príncipe, donde varias ONG's intervienen en la distribución de ayuda humanitaria.
EFE
Vista de una zona en la ciudad de Puerto Príncipe, donde varias ONG's intervienen en la distribución de ayuda humanitaria.

La desolación que en estos días vive el pueblo haitiano tras el terremoto que sacudía ese país hace una semana traspasa fronteras. Al otro lado del Atlántico, cerca de medio millar de haitianos residentes en España se han enfrentado en estos días a la incertidumbre y al dolor que ha dejado tras de sí el seísmo.

"Mi hermana se ha salvado de milagro", explica Ernesto Rousseau, presidente del Círculo cultural hispano-haitiano. Rousseau lleva más de cuatro décadas viviendo en España. Vino para estudiar Medicina y decidió fijar su residencia en este país, donde conoció a su mujer y vio nacer a sus hijos y nietos. Su hermana es la única familia que le queda en Puerto Príncipe, tras la muerte de sus padres hace 8 años.

"Los equipos de rescate la sacaron de entre los escombros y, afortunadamente, sólo ha sufrido heridas leves", cuenta. "Su cuñada, que se encontraba en la habitación contigua, no tuvo la misma suerte y falleció", agrega, matizando que también han muerto "muchos amigos y conocidos". Y es que, como subraya Rousseau, "un terremoto de 7,3º puede con todo", incluso con el "cemento armado".

Como otros tantos haitianos expatriados en España, Rousseau ha convivido en estos días con la incertidumbre generada por la impotencia de no saber de los suyos. La imposibilidad de contactar con el país por vía telefónica ha hecho que las noticias llegaran a cuentagotas. Por ello, para muchos, Internet ha jugado un papel fundamental. La pantalla del ordenador ha servido en numerosas ocasiones para tranquilizar o acabar con el último hilo de esperanza.

Es el caso de Elena Ovalle, una española casada con un haitiano, que conoció la muerte de una amiga "a través de Facebook". "Era chilena y llevaba varios años trabajando para la ONU en Puerto Príncipe", explica. "Hemos pasado unos días horribles, sin dormir y sin tener noticias de los nuestros", añade su marido.

Al igual que el presidente de la asociación hispano-haitiana, Ovalle y su marido se consideran "privilegiados". "Todos nuestros familiares están a salvo", explica, aunque matizan que "han perdido casi todo" y que se encuentran en la calle y sólo cuentan con la ayuda de unos vecinos. "Mi suegra tan sólo ha conseguido rescatar el álbum de fotos de su nieta", relata Elena, emocionada.

Envío de ayuda humanitaria

Conscientes en primera persona de la extrema situación que atraviesa el país tras el terremoto, todos ellos se han volcado en aportar su granito de arena para contribuir a su reconstrucción y suministrar recursos a las víctimas. Ambos participan en la organización de una expedición de médicos que se trasladará en los próximos días a Puerto Príncipe, en colaboración con Médicos del Mundo.

"Hay mucha gente que se ha salvado en el terremoto y que ahora está muriendo por falta de médicos", se lamenta Marc Henry Sildor, unos de los profesionales que se han ofrecido voluntarios para formar parte de este equipo. De origen haitiano, Sildor ha contado con el pleno apoyo del hospital conquense para el que trabaja, el Vírgen de la Luz.

"He pasado varios días sin dormir ante la ausencia de noticias de mi familia", cuenta este médico, que pasó más de tres días sin saber el paradero de sus hermanos y de su sobrina. Todos ellos viven en las proximidades del Palacio Presidencial de Puerto Príncipe, que ha quedado destruido.  "Tras ponerse a salvo han salido de la capital y se han trasladado a una ciudad a 150 kms, donde vive nuestra madre", explica Sildor. "Estoy dispuesto a coger el avión en cualquier momento", afirma este médico, que se encuentra a la espera de resolver trámites burocráticos.

Asimismo, el Círculo cultural hispano-haitiano ha habilitado un número de cuenta para recibir donativos con los que materializar la ayuda humanitaria y ha iniciado la recogida de alimentos y fármacos que serán enviados a Puerto Príncipe. También han convocado una concentración silenciosa para el próximo domingo 24 a las 12 h. en la madrileña plaza de Colón. Y es que, como subrayan desde esta asociación, el tiempo apremia. "Estamos temiendo que en un mes todo esto se olvide", alerta su presidente.

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