El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, abordó hoy la "conexión" entre el sistema económico y el judicial y apostó por mejorar la calidad de este servicio público para hacerlo "más ágil" como vía para "mejorar la competitividad" de la economía y ayudar a superar la "sombra de la crisis".

Durante su exposición en un desayuno informativo de 'Fórum Europa. Tribuna Galicia', Caamaño indicó que sólo en la sala tercera —la tributaria— del Tribunal Supremo están congelados del orden de 6.500 millones de euros que "deberían estar en el circuito económico".

Por ello, dijo que ganar en eficacia en la Justicia implica, además de preservar su independencia, garantizar que el poder judicial es "neutral", porque "cuando camina demasiado lenta, se favorecen expectativas de unos sobre otros" y "el deudor sale favorecido por las largas esperas".

En cuanto a los déficits en medios y recursos, destacó que en la actualidad se invierte "el doble" de lo que se dedicaba a la Justicia en el año 2004, pero reconoció que "hay que incrementar la inversión". Por ello, su propósito es aumentar la planta judicial en un 20% en los próximos tres años con nuevas plazas de jueces, fiscales y secretarios judiciales.

Arbitraje y mediación

A su juicio, uno de los problemas de la Justicia española es que "llegan demasiados asuntos" al circuito judicial, con lo que la excesiva carga de trabajo provoca "una dilación y demora" y "afecta a la calidad de las sentencias y a los procesos de ejecución". Por ello, apostó por potenciar la fórmula de mediación y arbitraje mediante una ley que llevará al Consejo de Ministros en febrero.

Caamaño repasó algunas de las principales novedades que se acometerán próximamente en el sistema judicial español, como la reforma del Registro Civil para que sea una base de datos telemática o el refuerzo de la investigación judicial con la base estatal de ADN o el Instituto Nacional de Toxicología.

Ley de enjuiciamiento criminal

En cuanto a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el responsable de la cartera de Justicia defendió la necesidad de reformar el marco "decimonónico" vigente y, aunque recordó que no se trata de una ley orgánica, se comprometió a buscar "un amplio consenso" entre las fuerzas políticas para conseguir que la nueva ley sea "estable".

El ministro defendió que "la construcción de soluciones requiere tiempo", por lo que afirmó que al final de la presente legislatura se verán "los resultados" de la reforma del sistema judicial que acomete el Gobierno central. "Hay demasiados sabios adelantados que conocen el resultado del partido antes de que el jugador pueda sudar la camiseta", lamentó.