El Consejo informal de ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea concluyó hoy sin acuerdo específico sobre si el recorte de emisiones de CO2 será del 20 ó del 30 por ciento para el año 2020, trasladando esta decisión al próximo miércoles, para cuando se espera que el Comité de Representantes Permanentes (Coreper) tenga redactado un borrador con el "esbozo fundamental" de los compromisos de la UE en este ámbito para poder remitirlo finalmente a las Naciones Unidas.

Según explicó en rueda de prensa la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, tras la sesión verpertina de la reunión con los ministros ambientales de los 27, a pesar de que los países miembros y sus respectivos gobiernos han mostrado un "respaldo unánime a que las cifras 20 y 30 sean un compromiso real ya de la UE, lo que falta por determinar es la valoración de la

comparabilidad con respecto a los esfuerzos de los demás países".

De ahí que el Consejo de la Unión Europea, indicó Ribera, se sienta "comprometido a hacer viable lo más pronto posible esta valoración para poder cumplir con la palabra dada y poder trabajar, por tanto, en este ejercicio de reducción del 30 por ciento".

En este sentido, la secretaria de Estado recordó que la UE no sólo trabaja en la hipótesis de una estrategia de negociación con el resto de países en esta materia, "porque desde hace años viene también trabajando en una estrategia de reducción" de las emisiones de CO2, y afirmó que, no obstante, la Unión Europea "ha asumido con total rotundidad dos compromisos, el de la reducción del 30 por ciento vinculado a esfuerzos comparables, y el del 20 por ciento que ya está en nuestras manos", resumió.

Según Ribera, "ésta es la base fundamental" sobre la que los 27 continuarán trabajando a la espera de "comprobar y confirmar algo que, en todo caso, supondrá un avance desde Copenhague". Por ello, insistió en que "el primer paso hacia la comparabilidad de esfuerzos reside precisamente en que el conjunto de las grandes economías emergentes y el resto de las economías industrializadas, que no contaban con un compromiso específico por no haber ratificado en su día el Protocolo de Kyoto, se sienten implicadas al máximo nivel político en esa estrategia".

Por tanto, tal y como reconoció la secretaria de Estado de Cambio Climático, lo que queda ahora es "completar el estudio de comparabilidad y valorar algo que no significa precisamente igualar las cifras, sino comparar el esfuerzo reductor" de cada país. No obstante, Ribera hizo hincapié en que "esas dos cifras están ahí y forman parte de la línea fundamental de actuación de la UE".

Así pues, se espera que el próximo miércoles 20 de enero el Coreper esté en posesión de un borrador que, para Ribera, "no es más que la comunicación formal de algo que ya ocurrió en Copenhague" y a lo que ahora se le "dará forma para aumar la opinión de todos los estados miembros, de la Comisión y de la Secretaria General del Consejo". Con ello, Ribera deseó también "poder remitir este documento cuanto antes a las Naciones Unidas", es decir, antes del 31 de enero, fecha límite para tal cosa.

Necesidad de "independencia"

Por su parte, el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, también indicó en rueda de prensa que se hace "totalmente necesario" el establecimiento de una "organización internacional específica como es el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero de medio ambiente".

Según Dimas, de esta manera los contenidos ambientales serán una materia "independiente" y tanto la Unión Europea como las Naciones Unidas podrán "seguir trabajando sin injerencias". Se trata, pues, de crear una organización independiente de la ONU para "mejorar las condiciones de igualdad y para poder tratar mejor los problemas relacionados con el medio ambiente", resumió Dimas.