El cadáver del general José Juste, jefe de la división acorazada Brunete durante el 23-F y figura relevante en el desenlace del intento de golpe de Estado, fue inhumado hoy en el cementerio de San Isidro de Madrid, informaron a EFE fuentes del Hospital Militar Gómez Ulla, donde falleció ayer a los 91 años.

Nacido en Madrid el 19 de marzo de 1918, Juste tomó posesión de la jefatura de la división acorazada Brunete número 1 en 1980 y fue relevado tan solo un año después, en mayo de 1981, apenas tres meses después de la intentona golpista.

En los hechos del 23-F participaron algunos de sus subordinados, que incluso intentaron convencer a Juste de que el Rey estaba al tanto de los acontecimientos.

Juste fue coprotagonista de uno de los episodios más conocidos del 23-F, cuando llamó por teléfono al Palacio de la Zarzuela para confirmar si el general Armada, que fue condenado por el golpe, se encontraba ya junto al Rey.

"Ni está, ni se le espera", le espetó el entonces jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo.

La respuesta seca y tajante de Fernández Campo fue clave para que la acorazada Brunete no se uniera a la rebelión.

Tras ser relevado de su puesto en mayo de 1981, pasó a ser codirector del Estado Mayor Combinado Hispano-norteamericano, cargo que hasta entonces ostentaba el general Carbonell.

En enero de 1982, José Juste pasó por iniciativa propia a la situación de reserva dentro del Ejército, y se desvinculó del mando.

Su decisión se consideró motivada por la actitud del Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo de aplazar su ascenso a teniente general, ascenso que nunca se produjo.

Hijo y nieto de militares, el general Juste ingresó en el servicio el 1 de octubre de 1934 y participó en la Guerra Civil en los frentes de Levante, Ebro, Cataluña y Toledo.

A lo largo de su carrera militar ocupó diversos cargos y fue agregado militar de la embajada de España en Roma y Atenas.