La Cámara de Comercio propone recalificar hasta 180 kilómetros cuadrados de suelo rústico para el centro de transportes

Un estudio técnico apunta que esta infraestructura debería situarse entre las carreteras Palma-Inca y Palma-Manacor, y a entre 10 y 20 kilómetros del puerto

La Cámara de Comercio de Mallorca propone a las instituciones públicas que se realice el cambio de uso de entre 150.000 y 180.000 metros cuadrados —30 y 50 hectáreas— de suelo rústico a industrial, a fin de ubicar allí el futuro Centro Integrado de Transportes en Mallorca (Citma), porque el urbanizable existente "es caro" y comprarlo a precio de mercado imposibilitaría el desarrollo de un proyecto que se considera necesario para la isla.

Así lo expuso el presidente de la Comisión de Transportes de la institución insular, Bartomeu Bestard, en la presentación que realizó hoy de esta iniciativa, que lleva dos años en gestación, y en la que, basándose en un estudio confeccionado por la consultora Arup, detalló que la localización de esta infraestructura debería situarse "entre los ejes de Inca y Manacor, y a entre 10 y 20 kilómetros del Puerto de Palma", detalló.

Por lo que se refiere al coste, el técnico Jacinto Vaello, autor del informe, considera que ascenderá a unos 60 millones de euros, una cantidad que "ningún promotor privado querrá asumir", porque el Citma tendrá una rentabilidad "muy baja" una vez que entre en explotación. Y, en ese sentido, Bestard adelantó que "será necesaria" la participación de la Administración Pública, a la que desde la Cámara piden una respuesta clara.

Según el planteamiento dado a conocer hoy, una tercera parte de la superficie que ocupe el Citma estará destinada a estacionar y maniobrar camiones y trailers, que actualmente "se aparcan de cualquier modo", en la vía pública o lugares retirados, por lo que están a merced de ladrones de gasoil o de vándalos, según expuso el gerente de la Federación Empresarial Balear de Transporte, Salvador Coll, también presente en el acto.

Así, el centro de transporte contará además con entre 80.000 y 100.000 metros cuadrados destinados a naves de almacenamiento, y, en respuesta a una "fuerte demanda" de las empresas del sector, los restantes 100.000 a 110.000 metros cuadrados se reservarán para campas destinadas a camiones y semirremolques. Y, además, contará con una estación de servicio adaptada para vehículos pesados, área administrativa, un bar-restaurante y otras dependencias complementarias.

En total, la creación de esta gran infraestructura afectará a unos 1.000 trabajadores del sector del transporte, que verán su actividad trasladada al Citma, aunque también se crearán algunos empleos nuevos entre todos los servicios asociados al centro que se deberán poner en marcha, en su mayoría por concesión. Por su parte, la "mayoría" de las empresas adquirirá parcelas logísticas para su actividad, pero también se alquilarán locales comerciales, talleres y oficinas.

Gestión pública o mixta

Por el momento, la siguiente fase en el desarrollo del proyecto pasa por alcanzar acuerdos entre administraciones para su participación, la concertación público-privada, la realización de un anteproyecto, del diseño jurídico-administrativo, del esquema funcional, a lo que seguirá la adquisición del suelo y la tramitación del planeamiento. Después de esto, tendrá lugar la constitución de la entidad promotora del Citma, siempre según el estudio de Arup.

Además, éste contempla tres modelos de gestión posibles para el Centro de Transportes, la más "idónea" es la creación de un consorcio participado sólo por administraciones públicas; en segundo lugar, la creación de una sociedad anónima de capital público, que la consultora considera "válida para dar un arranque público a la actuación y facilitar la posterior incorporación de la iniciativa privada"; algo que, en la tercera vía queda más definido porque apuesta por una SA de capital mixto.

En cuanto a la necesidad de recalificar terrenos para ubicar el Centro de Transporte, Bartolomé Bestard quiso dejar claro que éste "no puede" asentarse sobre suelo industrial "convencional", dado su elevado coste —el de Baleares es el más caro de España— y, por otra parte, matizó que "queremos huir mucho de la idea de especulación", porque "no estamos buscando realizar una operación inmobiliaria para especular", subrayó.

Poco atractivo como inversión

Precisando lo anterior, el estudio presentado hoy señala que, la "escasez de suelo y la fuerte presión urbanística" que se dan en Mallorca, junto a los reducidos márgenes de rentabilidad con que operan las empresas de transporte, provocan que el proyecto "no resulte atractivo para su desarrollo integral por la iniciativa privada", en lo que la Cámara de Comercio justificó la necesidad de que se involucren las administraciones públicas, de las que espera respuesta.

Cabe señalar que, según el estudio de Arup, actualmente, las empresas de transportes de Mallorca se sitúan, en un 72 por ciento de los casos en un radio de entre 0 y 10 kilómetros alrededor del Puerto de Palma, mientras que un 21% lo hace entre 10 y 20 kilómetros de distancia. Y, del total, un 44% se encuentran repartidas en el eje Palma-Manacor y un 42% en el Palma-Inca.

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