Para el Ayuntamiento y muchos aristócratas y burgueses malagueños que tenían allí su segunda residencia sólo había una alternativa: anexarse a Málaga. Fue así como Churriana se integró en la capital como barrio y distrito.
Pero el proceso de unión no fue fácil. El Consistorio de Málaga se negaba en redondo a hacerse cargo de un municipio con deudas. El investigador Jesús Castillo asegura que el Gobierno de Churriana llegó a deber 250.000 pesetas, una cifra que entonces era un dineral.
El alcalde no estuvo de acuerdo con que le endosaran Churriana. Tampoco 21 concejales de la Corporación. Pero el regidor tuvo que dimitir presionado por el Ministerio de Gobernación, que quería conseguir a toda costa la anexión, que se produjo el 28 de octubre de 1905. Ayer, un pleno en el distrito recordó los cien años de su integración en la capital. Ha sido una convivencia fácil a pesar de un conato independentista apaciguado en los noventa.
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