Un ataque aéreo del Ejército israelí contra el campo de refugiados de Yebalia, al norte de la franja de Gaza, provocó ayer la muerte a siete palestinos, entre ellos a un dirigente de la Yihad Islámica, el grupo que reivindicó el atentado suicida del miércoles en Hedera (5 muertos). Este ataque selectivo, que confirma el fracaso de la tregua acordada en marzo, se enmarca en la ofensiva contra Cisjordania y el norte de Gaza ordenada por el primer ministro israelí, Ariel Sharon, tras el ataque de la Yihad. Sharon avanzó que no parará hasta acabar con el terrorismo, y que no volverá a entrevistarse con el presidente palestino, Abu Mazen, hasta que éste tome «acciones decisivas» contra las milicias. Decenas de tropas israelíes irrumpieron horas antes en la ciudad cisjordana de Jenín, donde detuvieron al líder local de la Yihad. En otra acción, detuvieron a 11 palestinos, entre ellos al padre del suicida de Hedera. Cierre de todos los pasos El Gobierno israelí, además, impuso ayer el toque de queda en toda Cisjordania y el cierre de todos los pasos hacia las zonas bajo control palestino. Al cierre de esta edición, el Ejército israelí respetaba la retirada de Gaza. Por otra parte, Sharon exhortó a Naciones Unidas a expulsar a Irán, después de que el presidente de este país, Mahmud Ahmadineyad, dijese que «Israel debe ser borrado del mapa». La UE condenó «enérgicamente» las palabras del dirigente iraní. Otras agresiones dialécticas contra el Estado de Israel desde su fundación, en 1948: