Un fuego descontrolado en la localidad guipuzcoana de Deba obliga al desalojo de dos caseríos

El fuerte viento que se registra en Guipúzcoa ha reavivado el incendio forestal que comenzó esta madrugada en la localidad guipuzcoana de Deba, que ha obligado a desalojar dos caseríos, así como a un grupo de niños de una escuela-granja, informaron la Diputación y el departamento vasco de Interior.

El fuego comenzó a las 4.45 horas en el barrio de Endoia, en una zona de monte entre el alto del mismo nombre y el de Itziar, y pese a los intentos de los bomberos de sofocar las llamas, se ha extendido y pasadas las 10.30 horas el fuego tiene tres o cuatro frentes en la zona de Deba denominada Lastur Endoia.

Además, esta mañana ha comenzado otro incendio en Elorriaga, entre las localidades de Zumaia y Deba. Fuentes de la Diputación de Guipúzcoa precisaron que las llamas se han podido originar por el fuerte viento, que ha hecho chocar entre sí los cables del tendido eléctrico, lo que ha provocado chispas.

Un caserío arrasado

Un caserío de la zona, de nombre "Putzueta", ha resultado quemado por el fuego y al menos otro ha sufrido daños, aunque no se registraron heridos, ya que se desalojó previamente a las personas y animales que los ocupaban.

También un grupo de niños que se encontraban en la escuela de Naturaleza Sastarrain de Cestona han sido trasladados a esta localidad en prevención de que las llamas pudieran llegar hasta esta zona.

Al menos cinco guardas forestales y dos retenes de extinción de incendios del servicio de Montes de la Diputación de Guipúzcoa, integrados por seis personas cada uno se encuentran en el lugar, apoyados por seis camiones cisterna de los Bomberos, que han acudido a la zona desde los parques de Eibar, Azpeitia, Zarautz y Oñati.

Casas cercadas por las llamas

Los servicios forestales están protegiendo otros cinco caseríos para evitar que sean alcanzados por el fuego y se han colocado dos depósitos de agua de 18.000 litros en el lugar, así como otros dos de 8.000 litros en zonas adyacentes para combatir las llamas.

Las mismas fuentes indicaron que todos los servicios forestales de la provincia, integrados por un centenar de personas, están en alerta ante la posibilidad de que el viento pueda provocar nuevos incendios.

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