Los presupuestos sociales del Ajuntament de Barcelona para 2010 prevén destinar 5,6 millones de euros (uno más que en 2009) a facilitar vivienda para los colectivos más vulnerables. Supondrá un aumento de inversión del 22,6%.

El consistorio estima doblar este año el número de adjudicaciones de pisos sociales de emergencia, aquellos que están destinados a las familias o ciudadanos que no han podido hacer frente al pago del alquiler o, en menor medida, la hipoteca, especialmente, tras haberse quedado en el paro y son desahuciados.

Esto, en la práctica, supondrá poner sobre la mesa una oferta de hasta 250 viviendas de emergencia. La referencia es el año pasado, cuando la demanda de este tipo de pisos sociales se incrementó en Barcelona un 40% en plena crisis económica y se llegó a superar el centenar de adjudicaciones.

En casos extremos, el Ajuntament incluso puede llegar a comprar el piso de los ciudadanos que no han podido hacer frente a los pagos, como ocurrió con un caso en el barrio del Bon Pastor.

La decisión de reforzar la oferta de pisos sociales de emergencia llega después de que, el año pasado, los servicios sociales municipales tuvieran que atender a un 20,4% más de ciudadanos con diferentes necesidades básicas. Entre los más vulnerables están las familias monoparentales, la mayoría mujeres solas con hijos, que están en paro o que trabajan en la economía sumergida. Dos de cada tres personas perceptoras de la Renta Mínima de Inserción son mujeres y el 32%, con hijos.