La abogada Luz Bastos, inspectora de ITF ( Federación Internacional de Trabajadores del Transporte) en representación de UGT, señaló hoy a Europa Press que confía en que esta semana se pueda llegar a un acuerdo que ofrezca una solución a la tripulación que aún queda en el buque turco 'Civra', inmovilizado desde el pasado 9 de diciembre en El Musel, para que los marineros puedan volver a su casa, en Turquía.

Bastos, encargada de la negociación con el armador del buque y con los propietarios de la carga que transporta -trigo—, indicó que siempre es mejor llegar a un acuerdo antes de emprender acciones legales. En este caso, la denuncia, en el caso de que se produzca, deberán formalizarla los tripulantes -de un total de 19 quedan apenas una decena— antes las autoridades judiciales locales ante el impago de sus nóminas desde hace meses.

Según la abogada, un proceso judicial llevaría al embargo y subasta del barco, un proceso largo que podría reducir el valor del buque llegado el momento y que no solucionaría la situación en la que se encuentran ahora los marineros. "Entraron legalmente en España, pero no son legales para trabajar aquí y no tienen dinero para volver", explicó. Bastos añadió que ellos quieren poder trabajar en cualquier cosa, ya que prefieren trabajar y no tener que recibir ayuda de los servicios asistenciales.

La negociación se centra más en la solución que pueda dar el propietario de la carga, ya que el armador alega que no tiene dinero. Hubo una primera oferta, en la que el propietario de la carga se ofrecía a pagar los salarios y la vuelta a casa de los tripulantes, pero antes tenían que descargar el trigo en Siria. Una opción rechazada por la tripulación, que no se fiaba de que una vez fuera de España esto se cumpliera, por lo que alegaron que el barco no estaba en condiciones para navegar.

Bastos apuntó que cuanto más tiempo transcurra, mayor será la deuda acumulada por el armador, que a la cantidad de las nóminas y la reparación necesaria para el barco debe sumar el canon de estancia en El Musel. Esto, en su opinión, hace aumentar el riesgo de que el armador no pueda asumir las deudas y decida abandonar el buque y a la tripulación a su suerte.

Algunos de los tripulantes regresaron a sus casas gracias al dinero que tenían o que les mandaron sus familias, pero el resto no tiene esa posibilidad y no conoce ni siquiera el idioma o las costumbres de España.

Necesidades básicas cubiertas.

En cuanto a los que se quedaron, personal de Cruz Roja se reúne con ellos una vez por semana, para inspeccionar las condiciones higiénicas en las que se encuentran y ver las necesidades de alimentación y abrigo que precisan, y mantiene el contacto telefónicamente y a través de Internet. Así lo explicó a Europa Press el director del departamento de Socorros y Emergencias de Cruz Roja, David del Valle, quien ayer mismo visitó el barco.

Del Valle señaló que los tripulantes le trasladaron que la situación sigue igual, sin noticias del armador, y que habían pasado la Nochevieja "como han podido". Asimismo, le plantearon la necesidad de encontrar vías para poder contactar con sus familias, ya que hasta ahora lo han hecho a través de Internet que pagan ellos y del móvil de uno de los marineros, que también lo costea él. "Ellos prevén que el dinero se agotará", indicó.

No obstante, recordó que los servicios asistenciales y Cruz Roja les llevaron alimentos, ropa de abrigo y algunos medicamentos básicos, por lo que "sus necesidades básicas están cubiertas ahora mismo". Del Valle agregó que se seguirá ayudando a la tripulación el tiempo que haga falta.