Dos años de explosiones en el entorno de Povisa

La construcción de varios bloques residenciales en una finca de base granítica situada frente a la clínica privada lleva dos años ocasionando molestias a los pacientes y a los vecinos del barrio.
Para romper la roca y poder construir los sótanos de los edificios, la constructora ha empleado explosivos y un martillo mecánico picador, sin tomar precauciones para aislar acústicamente la zona de obras.

Grietas y riesgo médico

La potencia de las voladuras hizo aparecer grietas en algunas viviendas colindantes y afectó a los aparatos clínicos electromecánicos. Por eso, tras meses de molestias continuadas y explosiones a cualquier hora, tanto Povisa como los residentes en un edificio colindante a la parcela en obras decidieron llevar el tema al juzgado.

En abril, el Concello ordenó la suspensión cautelar de las obras, pero un mes después se levantó a condición de no usar voladuras o el martillo para romper el granito. Los demandantes aseguran que se aconsejó a la constructora usar cemento inyectado para romper la roca, pero que siguen usando las voladuras.

Sólo en el bloque de los particulares demandantes residen más de 20 niños que, afirman, ya acusan los efectos de tanta explosión imprevisible. Y aún quedan varios edificios por construir.

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