Muñoz Molina cree que la "dificultad de aceptar el pluralismo" se debe a "falta de entrenamiento democrático" en España

Dice que la sociedad actual es "más sensata" que en los años 30, porque las ideologías totalitarias ahora no tienen "tanto atractivo"

El escritor Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) cree que la "dificultad de aceptar el pluralismo" que se percibe en España es resultado de la "falta de entrenamiento democrático" que se produjo a consecuencia de la Guerra Civil y la posterior dictadura. No obstante, considera que la sociedad actual es "más sensata" que la de los años 30 del siglo XX, porque las ideologías totalitarias no tienen ahora el "atractivo" que tenían para "la mayor parte de la gente" en esa época.

Y ello a pesar de que "nos podemos quejar, y con razón", de la política o de otros asuntos, señaló el escritor, que se refirió también al gran daño que provocó la contienda civil española al "sacrificar" a una generación de jóvenes brillantes, no sólo en el campo de la Literatura, y cuyas repercusiones todavía se dejan notar en la sociedad.

Así, opinó que "la dificultad de aceptar el pluralismo" o la libertad individual "de verdad", y la necesidad de "estar con uno o con otro", "es resultado de todo eso", de "esa falta de entrenamiento democrático".

En el verano de 1936, al inicio de la Guerra Civil, se sitúa precisamente la última novela de Muñoz Molina, 'La noche de los tiempos', que su autor presenta esta tarde, a las ocho, en la Tribuna Literaria de Caja Cantabria, acto que introducirá el periodista y escritor santanderino Jesús Ruiz Mantilla.

Según el autor de 'El invierno en Lisboa', su nueva obra trata de cómo la vida de personas normales queda interrumpida por la irrupción de la violencia y la guerra, pese a que "uno intenta vivir sus pasiones y amores como si no ocurriera nada alrededor", algo que no es posible, porque todo lo que ocurre "afecta".

Explicó que ha querido contar "esa sensación de que vidas tan normales como la nuestra se pueden ver sacudidas, primero por una pasión amorosa que lo trastorna todo, y luego por la irrupción de una catástrofe como es una guerra".

A esas sensaciones se enfrenta el protagonista de la novela, el arquitecto Ignacio Abel, un personaje inventado basado en uno real, el escritor Pedro Salinas, al que también en el verano del 36 le llegaron, estando en la Universidad Internacional de Santander, las noticias sobre la sublevación militar. Fue en esta ciudad escribió sus últimas cartas en España, en las que hablaba de la "incertidumbre y el temor" a lo que pudiera pasar, antes de ser evacuado a Estados Unidos.

En 'La noche de los tiempos', personas reales como Juan Negrín, José Moreno Villa o Bergamín, conviven con los de ficción. Todos ellos "fueron saliendo" en un "ejercicio de tanteo", que su autor empezó inventando que el protagonista iba a encontrar a la mujer de la que se enamora en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde vivía precisamente Moreno Villa, uno de los personajes "más desconocidos" de esa generación.

Fue así como fueron apareciendo Negrín o Rafael Alberti, a los que Muñoz Molina "iba encontrando de manera intuitiva", porque tenía "bastante información" sobre ellos y porque el mezclarlos con personajes inventados le permitía "volver borrosa la realidad y la ficción", además de representar "un abanico de posiciones" ideológicas distintas a la hora de enfrentarse a aquella situación política.

Y todo ello, enmarcado en un momento que fue "extraordinario" para la cultura española y que estaba "tan lleno de posibilidades", y en que había personas, como Negrín, con "una voluntad muy grande de transformación social", pero al tiempo tenían un gran "sentido de la realidad".

Ideologías totalitarias

Sin embargo, para el autor de 'El jinete polaco' era también la época en la que se consideraba que había fracasado la democracia "burguesa o formal" y "la mayor parte de la gente" se sentía atraída por el fascismo y el nazismo, algo que pensaban no sólo quienes estaban comprometidos con estas ideologías, sino "gente muy normal". "Por eso, esta época nuestra es mucho más sensata", señaló.

Según el también miembro de la Real Academia Española, lo "asombroso" de los años 30 no es que Hitler estuviera en el poder, sino que "ningún país" occidental interrumpiera las relaciones con la Alemania nazi o que Mussolini tuviera "prestigio" en "tantas partes". "Había muy poca gente que no se dejaba seducir por esa ideología", reiteró.

Para Muñoz Molina, son muchas las cosas que se pierden en una guerra y, cuando un país "sacrifica" a una generación entera de jóvenes, es "una herida tremenda", como ocurrió en el caso de España, de donde tuvo que irse "la gente que estaba siendo más creativa en todos los ámbitos", no sólo en el literario.

"España se amputó una parte de su población más brillante", sin contar los que se quedaron y no pudieron desarrollar sus carreras, o la pérdida de derechos jurídicos que sufrió la mujer. "El daño fue muy grande", recalcó el escritor, y provocó además una "falta de entrenamiento democrático" que aún se deja sentir en algunas posturas.

'La noche de los tiempos' (Seix Barral) recrea ese momento de la historia a través de casi mil páginas (958), ya que su autor fue ampliando "el círculo" de personajes y lo que empezó siendo una relación entre dos amantes se extendió después al efecto que ese amor tenía en la vida de otros.

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