La Guardia Civil de Tráfico inició el lunes una campaña de control de alcoholemia en las carreteras de la provincia. Hasta el día 20 de este mes, unos 250 agentes pararán más de 5.000 vehículos, a cuyos conductores someterán a la prueba del alcoholímetro.

El objetivo es concienciar a los conductores del peligro que supone coger el volante después de beber alcohol, pues está demostrado que es la causa de un tercio de los accidentes de tráfico.

Según informó ayer la Subdelegación del Gobierno, en los 2 primeros días de campaña, la Guardia Civil ha hecho el test de alcoholemia a 612 conductores. De ellos, 15 dieron positivo, lo que supone el 2,45% del total.

De seguir esa proporción hasta el día 20, la tasa de conductores bebidos superaría en más del doble los resultados de la última campaña de alcholemia, desarrollada en julio de este año, y que se saldó con el 1,24% de positivos (133 de un total de 10.699 pruebas realizadas).

También serían peores datos que los registrados en la campaña anterior, la de hace un año, en la que dieron positivo 111 de 7.949 conductores, el 1,4%.

Más de 0,60 mg es delito

El jefe provincial de Tráfico, José Vico, alertó del peligro que suponen ahora las comidas navideñas de empresa, que se añaden al mayor riesgo de los fines de semana. Y destacó que entre el sábado y el domingo pasados, la Guardia Civil detuvo a 14 granadinos por conducir con más de 0,60 miligramos de alcohol en sangre, lo que está considerado como delito contra la seguridad del tráfico. El máximo permitido para conducir es 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.

Conducir con más alcohol de la cuenta conlleva, como mínimo, perder 4 puntos del carné. Es lo que pasa si se tiene entre 0,25 y 0,50 miligramos de alcohol en sangre por litro de aire espirado. Por encima de los 0,50 mg se retiran 6 puntos del carné, y si se superan los 0,60 mg, se puede uno despedir del carné por un año, además de pagar unos 600 euros de multa.