La intención de la Universidad de Valladolid es aprovechar las, aproximadamente, 2.000 plazas de aparcamiento que tiene en sus instalaciones. Para ello, desde la institución se plantea la posibilidad de darles un uso alternativo. «Una parte de las que están alrededor del Clínico ya se podrán usar durante las obras de la zona. El resto, aún no se conoce si se cederán en horario nocturno o en tiempo limitado», aseguró el vicerrector de Instalaciones, Darío Fidel Álvarez.
Hasta el momento, del total de plazas, la Universidad tiene control sobre la mitad. En ellas, la comunidad universitaria puede aparcar tras renovar una tarjeta cuyo coste son 30 euros al año, un servicio que ya ha sido solicitado por 800 trabajadores y alumnos.
«No tenemos intención de aumentar las existentes más allá de las plazas que tenga cada uno de los edificios de futura construcción», reconoció Álvarez, quien añadió que se quiere fomentar el transporte público y el uso del carril bici. Además, los usuarios cuentan con las plazas de los alrededores de los centros para dejar sus coches.
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