Desde que finalizó el proceso ordinario (en mayo), han solicitado plaza escolar más de mil estudiantes recién llegados a la ciudad, cuya distribución se está viendo dificultada por la saturación que ya sufren muchos centros.

 

Los que comenzaron el curso con ratios elevadas, como La Jota o el Gascón y Marín, están llenando poco a poco los escasos huecos que aún tienen, mientras que otros, como el Guillermo Fatás (en Santa Isabel), ya no dan más de sí y han echado el cierre a la recepción de nuevos alumnos.

 

 

La mayoría de los estudiantes fuera de plazo están siendo escolarizados en centros públicos, ya que los concertados agotaron casi todas sus plazas al principio del curso.

 

El reparto de los nuevos alumnos está siendo asumido principalmente por los colegios que iniciaron las clases con más huecos. Sin embargo, algunos de ellos ya tienen muchos de sus cursos a tope (25 niños por aula). Es el caso del Juan Pablo Bonet, que absorbe el exceso de  Santa Isabel, o el Antonio Beltrán, que ha recibido más de 50 niños fuera de plazo.

 

 

La comisión de escolarización intenta ubicar a los alumnos en los coles que éstos solicitan. Por eso muchos centros están agotando ya sus huecos. Es el caso del Gascón y Marín, con plazas sólo en 4 y 6 años, o del Miraflores, donde sólo quedan 20 puestos.

 

 

Este curso ha comenzado en la provincia de Zaragoza con 1.796 nuevos alumnos, la mayoría de ellos han sido ubicados en colegios de la capital aragonesa. El 20% de los escolares de nuevo ingreso, inmigrantes.

 

 

Para solventar el problema de la congestión en las aulas, sería necesario abrir siete colegios más distribuidos por toda la ciudad, como ya publicó 20 minutos. El próximo cursos abrirán El Espartidero, en Santa Isabel, y el Parque Goya II, en la margen izquierda.

 

 

Comisión de escolarización, profesores y sindicatos coinciden al señalar que, a este ritmo y con las actuales infraestructuras, será cada vez más complicado ubicar a los niños, las clases se llenarán más y será necesario desdoblar aulas.