Los arrestados utilizaban ketchup para manchar a sus víctimas, casi siempre personas mayores que acudían al banco a sacar su pensión, y disimulaban limpiarles la mancha mientras les robaban el dinero que acababan de sacar.

La detención se produjeron el jueves pasado, según informaron a Europa Press fuentes de la Policía Nacional, y se les interceptó cuando ya estaban realizando el seguimiento de una víctima.

La actitud de tres personas levantó las sospechas de funcionarios de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Ávila que se hallaban realizando labores de prevención de este tipo de delitos en la zona centro de la capital abulense.

Los detenidos tenían numerosos antecedentes por los mismos hechos así como requisitorias de distintos juzgados y en el momento de la detención se les localizó con el ketchup que empleaban para manchar a las víctimas, en un bote de una conocida marca de inhaladores, y llevaban también servilletas para limpiarles y distraer así su atención.

En la mayoría de los hurtos, las cantidades sustraídas no eran elevadas y la mayoría de las víctimas son personas de edad avanzada, de entre 70 y 80 años, y que viven de su pensión, la cual les es sustraída, en su totalidad o en parte, al sacar el dinero del banco.EL '

Modus operandi'

Según fuentes de la Policía Nacional, este tipo de grupos organizados está compuesto por cinco o seis personas afincadas en localidades diferentes de las que cometen los hurtos y en los hechos participan todos los integrantes, cada uno con un papel que desempeñar: uno de los componentes realiza funciones de captación de información, otros maniobras de distracción, otros labores de vigilancia y, finalmente, otros se encargan de la sustracción propiamente dicha.

Una vez en la localidad elegida, seleccionan una entidad bancaria que tenga mucha actividad y afluencia de personas para evitar levantar sospechas. Uno de los miembros actúa de "ojeador" y es el encargado de acceder a la entidad bancaria, donde intenta pasar desapercibido, bien en el hall de la entidad o disimulando en actitud de espera en la cola. Cuando ha seleccionado a su víctima, llama por su teléfono móvil al resto de integrantes del grupo para marcarles el objetivo.

El grupo sigue a la víctima hasta una calle en la que haya poca gente o un portal de un bloque de viviendas abierto, donde otro de los miembros mancha con algún líquido o sustancia le mancha la ropa o el pelo, utilizando para ello un bote de plástico que permita la proyección de la sustancia a una cierta distancia para asegurar el anonimato.

En ese momento, se acerca otro miembro del grupo que simula que a él también le han manchado y que ha visto cómo, desde un piso superior, alguien ha arrojado pintura, convenciendo a la víctima para entrar en el portal y reclamar los daños.

Ya en el interior, dos o tres miembros de la banda se ofrecen para limpiarle con servilletas, llegando a ayudarle a quitarse la chaqueta, momento que aprovechan para, al descuido, sustraerle el dinero y desaparecer de manera inmediata.