La Fundación del Patrimonio Histórico (FPH) ha iniciado la excavación arqueológica y la lectura de los muros del Puente mayor de Toro, cuyos datos incorporará a la redacción del plan director dirigido a definir su restauración y puesta en valor.

Esta investigación, según informaron fuentes de la Fundación, revelará la evolución histórica y constructiva del puente, declarado Bien de Interés Cultural en abril de este mismo año, de modo que el proyecto a seguir para su recuperación se adecúe a sus necesidades reales.

La excavación arqueológica en las desembocaduras del puente sobre el Río Duero servirá para conocer antiguos pavimentos, definir las fases de su construcción, determinar las sucesivas reparaciones y los materiales que han podido ser reaprovechados.

Está previsto excavar en tres sondeos, que suman una superficie total de 37 metros cuadrados, localizados sobre el tablero en las desembocaduras del puente y en el arranque de la estructura que aparece en la margen derecha junto a dos arcos cegados.

Trabajos durante tres meses

"La lectura de los estratos de los muros, la excavación arqueológica y la redacción del informe que ponga en relación todos los datos obtenidos ocupará a dos arqueólogos durante cerca de tres meses", destacaron las mismas fuentes.

La Fundación cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad para abordar los trabajos, que requieren una inversión de 84.000 euros de los que la entidad aporta el 75 por ciento, 63.000 euros, además de dirigir las labores, y el Consistorio colabora con 21.000 euros (25 por ciento).

El también llamado Puente de Piedra, "una de las imágenes más representativas de Toro", se construyó entre los siglos XII y XIII, con 22 arcos y una calzada de grandes losas de piedra y las modificaciones de los siglos XVI y XVII hicieron desaparecer gran parte de la obra original.