Spandau Ballet, 'románticos' del siglo XXI

  • La banda visita España como anticipo de sus conciertos en marzo.
  • Han grabado un disco 20 años después de su separación.
  • "Nos quedaban cosas por hacer y decir", dice el grupo de los 80.
El grupo británico Spandau Ballet, en Madrid.
El grupo británico Spandau Ballet, en Madrid.
EFE
El grupo británico Spandau Ballet, en Madrid.

Gary, John, Steve, Tony y Martin. Por este mismo orden y a lo largo de la entrevista van entrando en la sala los cinco miembros de Spandau Ballet. Sí, aquellos británicos que en los poperos años 80 lucieron tantos peinados como registros vocales en clubs de medio planeta. Los de True y Gold, los que hace 20 años se separaron y ahora vuelven -"no por dinero"- con un disco, una gira y unas chaquetas de terciopelo impecables. Risas y bromas amenizan el encuentro, casi sacado de un vídeo añejo, en un hotel de Madrid.

Son conscientes de que han sido "parte de la cultura" musical de una generación, y se muestran encantados de tocar de nuevo en directo, que es "lo más grande que hay" para Gary, el compositor. "Nos quedaban cosas por hacer y decir", explica John, el batería. Sobre todo ahora, porque la gente más joven les conoce "por los vídeos, las fotos y los discos", por una época en la que "vieron el mundo juntos". Atrás quedaron sus riñas y disputas por los derechos de autor, "el futuro es lo único que se puede cambiar", dice.

Tanto, que el pasado enero, cuando se juntaron de nuevo en el estudio –para grabar otra vez y en formato acústico sus grandes éxitos y dos canciones nuevas para Once more-, "en un minuto surgió la magia, por eso ha sido una idea excelente". Steve –saxo, guitarra- entonces, añade que, desde que comenzaron su tour en la ciudad de Dublín hace poco más de un mes, la acogida del público ha sido increíble "en todas partes". "Es que somos buenos", apostilla Gary. El colegueo es palpable y constante.

"Dos horas de hits" en vivo

Son unos cincuentones, que comparten chistes sobre las drogas y el alcohol, con ganas de revivir éxitos y de que el público vuelva a quererles, de ser una banda "interesante, diferente", opina Tony, la voz –cuestionada entre carcajadas en la conversación-; la palabra que más repiten es "orgullo". En cuanto a sus conciertos, prometen "dos horas de hits" por donde vayan y un sonido máximo de sus guitarras. En este sentido, España, uno de los primeros sitios que pisaron en sus comienzos junto con Australia, les cautiva.

Nos sabemos sus letras, somos un buen público. Pero ahora sacamos los "móviles" para corear sus temas; es parte del gran cambio que ha pegado la industria. "Ahora la música se demanda al mismo nivel que otras cosas como los videojuegos, los reality shows", dice Gary, "y a nosotros vienen a vernos porque representamos una época dorada" y añorada, una forma "tradicional" de hacer música –ellos editaban los singles en un formato de 12’’-, sin un dj o un play de por medio. "Sin coreografías, sin trucos".

No obstante, sí reconocen el componente "interacción social" que posee Internet y sus beneficios sobre la música. Gary, revela, usa facebook, aunque el resto de miembros muestran su poca querencia por los ordenadores: "Yo prefiero el papel y el boli", dice Tony. Lo de las nuevas tecnologías, aun reconociendo su utilidad a la hora de trabajar, les ha pillado mayores. Ya ha pasado la mitad del tiempo, y la puerta se abre para mostrar "al que faltaba", Martin –bajista-, el hermano de Gary, procedente "del baño".

La ropa, de "segunda mano"

Tanto él como Gary, igual que Tony, desarrollaron tras su ruptura en 1989 unas exitosas carreras dentro de la televisión. Los hermanos, por ejemplo y entre otras cosas, en el filme El Guardaespaldas y la serie de la BBC EastEnders, respectivamente. Hadley hizo lo propio en Chicago y en un reality show de la ITV llamado Reborn in the USA. Prefieren no compararse ahora con los retornos de Duran Duran –naturales "rivales"- o A-ha, sino "concentrarse" en lo suyo. Pero siguen siendo fans de los músicos de antes.

Citan a la superbanda Them Crooked Cultures y a Led Zeppelin, aunque también a Kaiser Chiefs y The Killers. Pero Gary lo tiene claro, "no se puede pretender que los de ahora te hagan sentir lo mismo, no los llevas en el corazón", dice. Queda preguntarles por sus tremendos estilismos, por su elegancia consensuada, algo que desdramatiza Steve asegurando que la ropa no hace a la persona, que todo eso se tiene o no se tiene. "En realidad, durante el New romantic, todo era de segunda mano", dice Martin.

John apunta que lo único que le gusta ponerse es su guitarra, "sólo la guitarra"… El tiempo se termina –"¿Ya?", inquiere el recién llegado Martin- y se despiden con un "gracias", en español. Habrá que esperar hasta el próximo mes de marzo para asistir a uno de esos revival en forma de concierto: las fechas son el día 12 en el Pavelló Olímpic de Badalona y el 15 en el Palacio de Vistalegre de Madrid. Preparen sus móviles.

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