Había presentado dos denuncias por malos tratos, tenía miedo y buscaba un refugio donde protegerse de alguien que un día tomó por su príncipe. Sin embargo, pensó que algo habría hecho para que él la arrinconara y golpeara hasta descargar su fuerza de macho, y retiró las denuncias. Es lo que tiene ser torturada día tras día que, al final, te hacen creer que sin él no eres nada. Y esto es lo primero que habría que enseñar a estas mujeres que sin él, lo son todo.
Suele ser la dependencia afectiva lo que más imposibilita la huida. Para luchar contra ello, se necesita el apoyo efectivo de las instituciones. Y dejarse de promesas incumplidas que se olvidan hasta el siguiente asesinato.
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