Alazne y Meritxell: "Utilizaron el desgaste psicológico para quitarnos de en medio"

  • La madre y la hija más polémicas de la segunda edición de 'Pekín Express' hablan de su paso por el programa.
  • Ambas aseguran que están asombradas ante el buen recibimiento que les ha dispensado la gente de la calle.
  • Acusan a sus compañeros de programa temerlas por ser "rivales duras".
Alazne (izda.) y Meritxell, en el plató de 'El Hormiguero'.
Alazne (izda.) y Meritxell, en el plató de 'El Hormiguero'.
Cuatro
Alazne (izda.) y Meritxell, en el plató de 'El Hormiguero'.

Fueron eliminadas en la décima etapa del reality Pekín Express. Antes, se cruzaron Asia con un euro al día.  Las concursantes más polémicas del concurso, Meritxell y Alazne (madre e hija), hacen un  balance muy positivo de su paso por el programa, en el que tuvieron que afrontar las críticas de sus compañeros e, incluso, un bofetón.

¿Cómo toma uno la decisión de participar en un reality como 'Pekín Express'?

Alazne: Mi madre y yo somos dos aventureras. Queríamos vivir una experiencia juntas antes de que yo me independizara.  Además, eramos grandes seguidoras de la edición americana del concurso, The Amazing Race, y estábamos deseando que se hiciera en España para concursar.

Meritxell: El programa americano nos tenía locas. No nos apuntamos en la primera edición de Pekin Express por un malentendido: creíamos que había que participar de forma individual. Es un programa superprecioso y queríamos demostrar de lo que éramos capaces, que las dos juntas éramos un equipazo.

Antes de entrar al programa las presentaron como una madre y una hija que mantenían una relación de amor-odio. ¿Sigue siendo así?

Meritxell: Nos queremos con locura y tenemos una relación especial de colegueo, pero cuando nos enfadamos, las dos nos ponemos como basiliscos. Somos temperamentales. Afortunadamente hemos vuelto renovadas y ya no saltan tantas chispas.

Alazne: Antes éramos más viscerales, pasábamos del amor al odio muy rápido, pero hemos sabido canalizar nuestro genio y ahora nos entendemos mejor. Ahora es una relación de amor... y sólo un poquito de odio. ¡Con mi madre al fin del mundo!

¿Por qué creéis que habéis sido tan criticadas por algunos de vuestros compañeros?

Alazne: Desde el momento en el que entramos en Pekín Express los demás nos catalogaron como la pareja más débil. Al ver que estábamos arriba en los ranking, y que permanecíamos, utilizaron el desgaste psicológico para quitarnos de en medio. Pero de eso nos hemos enterado después de abandonar el programa, al ver los vídeos.

Meritxell: Ha sido injusto. Hay personas que nos han criticado por cosas que no han visto. Nos han acusado de pedir dinero, de aprovecharnos de situaciones... Ha sido una estrategia para darnos caña y debilitarnos, porque éramos unas competidoras duros. Hemos soportado descalificaciones bajas y groseras. Nosotras, sin embargo, hemos ido solas la mayor parte de la carrera, a nuestro aire y a nuestro ritmo. Hemos tirado para adelante. Y, además, de nosotras no habéis escuchado nada contra el resto de compañeros.

¿Han hecho un examen de conciencia tras ver los vídeos de su paso por el programa?

Meritxell:  Cuando ves las grabaciones siempre hay cosas que no te gustan. En mi caso habría tomado más veces la iniciativa. No sé si la audiencia se ha dado cuenta de que Alazne llevaba todo el peso del concurso. Era mucha carga para ella sola. Pero hemos sabido convivir y, en general, estoy satisfecha. También estoy orgullosa de mi hija, aunque a veces esa carga, y su juventud y su afán por demostrar que podía con todo han hecho que perdiera el temperamento. No es fácil exponerte a una audiencia y Alazne se ha dejado llevar por la pasión.

Alazne: Por mi parte he aprendido que tengo un carácter muy fuerte y voy a moderarlo. El programa me ha enseñado a relativizar, a no ponerme nerviosa y controlar la parte emotiva de mí, tomarme las cosas con más calma.

¿Qué es lo que más les dolió durante el concurso?

Alazne: El que dentro del programa nadie nos viniera a decir qué problema tenía con nosotras, qué les habíamos hecho. Fuimos a ver a Silvia (esta concursante abofeteó a Alazne), y Carles dijo que no tenía nada que hablar con nosotras. Pero ahora hacemos una lectura positiva y del incidente en el autobús (la bofetada) apenas nos acordamos.

Maritxell: Sinceramente, nada. El único recuerdo que tengo de un momento en el que lo pasé mal fue cuando alguien nos hizo subir a su moto y nos condujo haciendo eses. Pensé que, si nos caíamos, tendrían que ponerme una prótesis de cadera en La India.

¿Y cuál ha sido la mejor experiencia?

Alazne: La experiencia de la inmunidad.

Meritxell:  Descubrir que lo nos mueve no es el cuerpo, sino la mente: estábamos flacas, mal nutridas, no descansábamos pero teníamos tanta ilusión por llegar a Bombay que el cuerpo tiraba y tiraba... ¡Si quieres, puedes! Y lo mejor después de eso es descubrir que mi hija es una maravilla, ver cómo se ha entregado.

¿Y la más divertida?

Alazne:  Me lo pasé muy bien la noche con las lumis, nos acogieron de maravilla...

Meritxell: La noche en el burdel fue inolvidable. Otro día, en una casa, nos dieron para desayunar hamburguesas, incluso nos regalaron algunas para el camino. Ya en la calle me dice mi hija: "¡Cómo te ha gustado la carne de burro!". No pude comer más. Incluso dormir en viviendas sin luz ni agua ha sido una gran experiencia.

¿Se puede vivir con un euro al día en Asia sin estar concursando en 'Pekín Express'?

Alazne: Sí se puede, nosotras hemos sobrevivido. Al final hasta nos sobraba dinero.

Meritxell: Se puede vivir, aunque fatal. En cuanto a la  relación con los cámaras, ellos hacían su trabajo, no había contacto, eran las normas.

¿Cómo las ha recibido la gente a la salida del programa?

Alazne: La verdad es que me he llevado una sorpresa, creía que tendrían las piedras preparadas en los bolsillos para tirárnoslas, pero no ha sido así. La gente me dice que tengo genio, y que mi madre es una santa. No se meten conmigo, me dicen que me ponía nerviosa.

Meritxell: El recibimiento ha sido genial, estoy asombrada. Una cosa son los foros de Internet en donde, desde el anonimato, muchos liberan sus traumas y malestares y han ido contra nosotras. Pero para mí una crítica tiene que ser constructiva y sin insultar, y lo que me sirve es la calle, mi gente. La calle nos ha demostrado su cariño y un apoyo bárbaro. Me siento como una campeona.

¿Volverían a embarcarse en una aventura similar?

Alazne: Con los ojos cerrados y me daría igual el sitio o las condiciones. La pareja, por supuesto, tendría que ser mi madre.

Meritxell: No veo el momento. Ahora iríamos resabiadas, hemos hecho nuestra autocrítica y sabemos en lo que hemos fallado. Íbamos a estar potentes.

¿Y ahora?

Alazne: Yo sigo con mis estudios, estoy en bachillerato. Y mi madre, con el trabajo.

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