«La situación económica no es buena en Zaragoza». Así comenzó ayer el alcalde Zaragoza, Juan Alberto Belloch, su discurso sobre el estado de la Ciudad. Para afrontar la crisis actual, el primer edil ha anunciado que los presupuestos de 2010 serán más austeros y se excluirá todo gasto que no se destine a lo social y la inversión.

Se prevé que la partida presupuestaria se reduzca cerca de un 7% respecto a la de este año (767 millones), que ya sufrió un descenso del 5,7% respecto a 2008.

Aunque aún no se ha concretado, el presupuesto municipal para el año que viene sería de unos 713 millones de euros, según las estimaciones del alcalde. Esta cifra estaría muy por debajo los 814 millones que se alcanzaron en 2008, año de la Expo, y casi se igualaría a la de 2007, con 723 millones.

Con estos números, el presupuesto de 2010 sería uno de los más austeros de los últimos años. El objetivo sería, según explicó Belloch, combatir el alto paro que en estos momentos hay en la ciudad, con 46.945 parados, un tercio más que hace un año. A este problema se unen otros como la congelación del suelo industrial, de oficinas, retrasos en centros comerciales y un descenso de hasta 40 millones menos en ingresos fiscales.

Entre los objetivos y retos que planteó Belloch para el futuro citó la movilidad, la sostenibilidad medioambiental, «mimar la ciudad», hacer de la cultura y el deporte ejes estratégicos y hacer que el Ayuntamiento sea un «instrumento eficiente en términos económicos».

La oposición no perdió la oportunidad de criticar al alcalde. «El discurso suena a despedida. Ha sido flojo y carente de autocrítica», explicó la portavoz del PP, Dolores Serrat.