Demasiada cal, escasez de cloro y presencia de nitratos derivados de pesticidas y abonos son los principales amenazas sobre el agua que sale por los grifos de la provincia.

Según la Diputación, una veintena de municipios presentan una mala evolución en la calidad de sus aguas (datos de julio, ver mapa).

En estos casos, el Área de Medio Ambiente insiste en que la calidad del suministro no supera los márgenes de seguridad, aunque sí se detecta un empeoramiento progresivo que lleva a Diputación a avisar a los ayuntamientos cuando las cifras caen de manera significativa.

11 pueblos más ya sufren problemas en el abastecimiento. Otros tres han padecido un deterioro en la calidad del líquido más preciado, pero Diputación afirma que ha corregido las concentraciones perniciosas en esos lugares.

Principales problemas

Cloración: Este método es el único que garantiza que el agua potable llegue hasta los grifos de las casas sin peligro para la población, ya que impide que proliferen algas y hongos en tuberías y depósitos de almacenamiento. El cloro debe ser el suficiente, pero 10 pueblos corren el riesgo de sufrir este problema.

Dureza: No tiene efectos negativos para la salud, pero sí puede causar daños en electrodomésticos y obstruir las tuberías debido a la elevada concentración de cal. 13 pueblos pueden sufrir este problema.

Nitratos: El uso de fertilizantes y otros productos para la agricultura y la ganadería tiene consecuencias negativas cuando se filtra a las reservas subterráneas de agua. El 22% de la población malagueña bebe sólo del agua que sale bajo tierra, mientras que otro 75% también toma parte del líquido del subsuelo (otra parte, de los pantanos). Seis municipios han empeorado sus niveles de nitratos.

Sulfatos: Unas concentraciones altas de sulfatos en el agua ocasionan diarrea e incluso deshidratación. Las tuberías pueden llegar a deteriorarse. Los sulfatos están empeorando en dos pueblos.

Consumo excesivo

La provincia gasta un 34% más agua que la media nacional y un 26% más que en Andalucía. Málaga consume 275 litros por habitante y día, aunque un 30% se pierde en fugas.