Meryl Streep: "Actuar me sienta como me sentó el primer amor, es pura felicidad"

  • Encarna a una divertida cocinera televisiva en su próxima película.
  • Candidata a quince Oscar y ganadora de dos, la estrella nos habla en París de comida, acentos y una carrera que vive un momento álgido.
  • 'Julie y Julia' se estrena en los cines españoles el próximo viernes.
Meryl Streep, entre fogones en 'Julie y Julia'.
Meryl Streep, entre fogones en 'Julie y Julia'.
Sony
Meryl Streep, entre fogones en 'Julie y Julia'.

Ha sido quince veces candidata al Oscar. Para Diane Keaton es "un genio de la interpretación". Para De Niro, "la actriz con la que más me gusta trabajar". Y Katherine Hepburn y Bette Davis la consideraron su heredera. ¿Es, entonces, una diva artificial y distante? Todo lo contrario. Mucho más bella que en la pantalla, y muy bromista, Meryl Streep es tan capaz de hacer creíbles sus papeles como de seducir por su naturalidad.

¿Tanto le gusta la comida francesa como para protagonizar una película sobre ella?

Estaba muy familiarizada con comerla, pero no con cocinarla. Cada vez que lo he intentado ha sido un desastre, aunque mis comensales eran demasiado educados como para decírmelo.

¿No es malo para el corazón comer mantequilla con pato?

Si el cocinero y los ingredientes son buenos, no.

¿Cómo era Julia Child, su personaje en 'Julie y Julia'?

No quiso ser considerada una pionera o un ejemplo de feminismo, sino una persona normal. Aunque con la suficiente personalidad como para ser la primera mujer con un  programa televisivo propio sin ser actriz, cantante ni una belleza. Enseñó que cocinar podía hacerlo cualquiera. Y que se pueden derribar muros, como el de ser la primera mujer en entrar en la escuela Cordon Bleu.

¿Cómo construyó el papel?

La conocía antes de rodar: llevaba viéndola más de veinte años en la tele. Yo hacía cosas en casa y, al fondo, se escuchaba su tono de voz.

¿Le costó mucho imitarlo?

Tiene un acento muy divertido, ¿verdad? Es muy inusual para una estadounidense, incluso los europeos os daréis cuenta. Suena un poco como Katherine Hepburn. Pero lo que más me preocupaba era tener que cocinar. En casa cocino, pero sólo a veces.

Hay algo muy optimista en la película: pese a ser una mujer mayor en otra época, encuentra su camino en la vida.

Eso me gustó mucho: nunca es tarde para hacerlo. Hollywood está acostumbrado a hablar sólo de juventud y belleza, pero eso no lo es todo. Ninguna mujer debe darse por rendida. Si ella se adentró en un mundo tan masculino como el de los grandes cocineros, ¿por qué no vas a poder ser tú lo que quieras? Pero debes ser fiel a tus elecciones, mantenerte firme y no dejar que otros te digan lo que tienes que hacer.

La película también denuncia la situación política vivida en EE UU durante la caza de brujas.

Durante esos años, América estuvo aterrorizada por un solo individuo. Cuesta creer que una sola persona, McCarthy, lograra meter tanto miedo, porque desde luego no era ni muy brillante ni tan carismático como para arrastrar a las masas.

¿Podría comparar esa época con el mandato de Bush Jr.?

Sin duda. Individuos aislados conducen a todo un país a situaciones calamitosas. La gente no quiere llegar a eso, pero no se da cuenta de cómo la arrastran. Me llama la atención comprobar la existencia de personas que se creen dioses, que se ven en la obligación de forzar a los demás a satisfacer sus propias obsesiones. La crisis económica, la escalada militar... En fin.

Lleva ya mucho tiempo siendo una de las actrices más respetadas del mundo. ¿Cómo empezó todo?

Desde que dejé el instituto, me centré exclusivamente en ser actriz. Durante un tiempo estuve viajando con una compañía de actores en una vieja furgoneta usada. Recorrimos medio país, y fueron años maravillosos. Pero no me parecía suficiente.

¿Quería llegar más lejos?

No, quería tomármelo más en serio. Siempre he sido bastante responsable y necesitaba más organización. Así que me matriculé en una escuela de interpretación y, por fortuna, la gente que más me quería me dijo que lo hacía bien. Eso me hizo sentir feliz y, sobre todo, libre.

¿Qué es para usted actuar?

En mi caso, pura felicidad. Cada vez que actúo siento lo mismo que cuando me enamoré la primera vez.

Sus primeros papeles fueron en películas como El cazador, Manhattan o Kramer contra Kramer. ¿Qué le parece?

¡Que estaba muy gorda! Y que era muy joven, aunque ya tenía treinta años. Pero pese a haber pasado tanto tiempo, no me siento otra persona. He cambiado, como cualquiera que dure tanto tiempo, pero en el fondo soy la misma.

En el camino ha sido madre de cuatro hijos. ¿Cómo lo ha compatibilizado con su carrera?

Ser madre no sólo me hizo sentirme más parte de este mundo, sino también me enseñó a reflexionar antes de tomar una decisión. Antes no me pasaba, era mucho más lanzada. Cuando mi primer hijo estaba creciendo, vivimos en sitios tan distintos como Texas, Nueva York, África, Inglaterra, Australia... Él mismo me dijo que así no podía ser feliz. Hablé con mi marido y decidimos instalarnos en Los Ángeles. Eso me obligó a hacer películas peores, pero no me arrepiento de ellas. No eran tan malas, y cada noche podía volver a casa y ver a mis hijos.

BIO. Meryl Streep nació en Nueva Jersey, EE UU, en 1949. Debutó en el cine en 1977 con Julia. Casada desde 1978 con el escultor Don Gummer, tiene cuatro hijos. Ha ganado dos Oscar, por Kramer contra Kramer y La decisión de Sofía.

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