Los vecinos de Valencia pagarán el año que viene 652.300 euros de más por el servicio de agua potable. Esta cifra representa un 1% de los 65,2 millones de euros que recaudó Emivasa el año pasado y es lo que deberían descontar a los valencianos de los recibos del agua el año que viene.

Así lo ha asegurado a 20 minutos el edil del PSPV Juan Ferrer: «La tarifa del agua se actualiza cada año en función del Índice de Precios de Consumo (IPC) de septiembre. El año pasado lo subieron un 4,5%, puesto que ese fue el IPC de septiembre. Este año que según el avance será del -1%, en lugar de bajarla, la mantienen, lo que supone una subida encubierta».

Ferrer explicó que presentó al equipo de gobierno una propuesta para evitar subidas bruscas del agua cuando el IPC sea alto y para que no caiga en exceso cuando, como este año, es negativo. Sin embargo, «lo rechazaron y ahora en lugar de aplicar la fórmula que eligieron y bajar el agua un 1%, la mantienen».

El Ayuntamiento ya adoptó esta estrategia para evitar una rebaja fiscal cuando la alcaldesa, Rita Barberá, anunció la congelación del resto de tasas y precios públicos (grúa, polideportivos, bibliotecas...) que se deben actualizar en función del IPC de junio, que fue también del -1%. Así, por estos conceptos también recaudará un 1% más.

Peor suerte van a tener los vecinos de las zonas residenciales de La Canyada (Paterna), San Antonio de Benagéber, El Plantío (Bétera) y La Pobla de Vallbona, puesto que la Cooperativa El Plantío y La Cañada ha aplicado una subida del 1% aprobada por la Conselleria de Medio Ambiente.