Según el director del departamento de Estudios de Cohispania, Andrés Toledo, este enfriamiento en las tasas de crecimiento será paulatino y proviene de la evolución negativa que tuvieron los determinantes del precio durante el pasado año y que tendrán su impacto en 2005.

Toledo destacó que el incremento de la renta y del empleo, aunque será inferior a años anteriores, constituirá una aportación positiva a la determinación del precio de la vivienda.

Recordó que el precio de la vivienda se ha duplicado en términos reales entre el primer trimestre de 2000 y el tercer trimestre de 2004, ya que ha crecido en los últimos años a tasas anuales superiores al 17 por ciento en términos nominales, lo que supone la tasa de mayor incremento acumulado en términos reales en los últimos cuatro años.

Toledo afirmó que el crecimiento del precio de la vivienda no evoluciona de forma "caprichosa", sino que se explica por la interrelación de las variables económicas como la tasa de paro, el Ibex, el tipo de interés y la renta.

"No cabe hablar de burbuja inmobiliaria", señaló, y subrayó que prevé que este crecimiento se ralentice de forma paulatina en los próximos trimestres, debido a la no tan favorable evolución de las variables relevantes de la demanda del bien inmueble residencial, aunque de ningún modo, afirmó, "esperamos una caída del precio".

Las ciudades de Madrid y Barcelona son las que han experimentado un mayor crecimiento del precio de la vivienda, puesto que desde 2002 y hasta la fecha se ha más que duplicado. No obstante su crecimiento previsto para 2005 y 2006 será sensiblemente inferior al experimentado en años anteriores.

Por contra, Valencia, Zaragoza, Málaga y Sevilla mantienen desde el pasado año una tasa diferencial de crecimiento menor que Madrid y Barcelona del 0,1, aunque se prevé que se incremente paulatinamente hasta llegar al 0,18 a finales de 2006.